Por Adolfo Enríquez Vanderkam

Recuerdo los tiempos dorados del sexenio de Juan Manuel Oliva Ramírez, donde los grandes empresarios y financieros salía sonrientes en la foto con el entonces gobernador y las élites sociales presumían de la presencia del mandatario en sus fiestas y reuniones. Plumas oficialistas engrandecían a Juan Manuel Oliva y él tenía control total del PAN, donde nada se movía sin su consentimiento. Festejaban sus chistes, alababan su labor y quienes tenían aspiraciones para un cargo en el 2012, se decían sus amigos e incondicionales.

Y se acercó el fin de su gobierno y empezaron a salir los trapitos al sol: Lo de los terrenos para el tren interurbano, los terrenos para la fallida refinería, el multimillonario costo del Parque Bicentenario, irregularidades en el DIF estatal… y los que antes lo elogiaban lo empezaron a desconocer, a retirársele y a correr al lado del nuevo ungido Miguel Márquez Márquez, que una vez nombrado candidato, lo primero que hizo fue desmarcarse y decir que él era todo lo contrario a Juan Manuel Oliva y que se comprometía con la honestidad, la transparencia y la rendición de cuentas. Así pues, se terminaba el ciclo Oliva e iniciaba la era del 3M.

Y la ruta y escenarios parecen repetirse, pues ya es abierto que Márquez Márquez se decidió por impulsar a su Secretario de Desarrollo Social y Humano Diego Sinhué Rodríguez Vallejo para sucederlo, así como Juan Manuel Oliva lo hizo con él. Hoy el gobernador todavía tiene fuerza y la influencia en su partido el PAN es incuestionable. Todos ahorita se dicen sus amigos e incondicionales, nadie le critica nada y quien aspira a algún cargo en el 2018 quiere una foto con el 3M. La historia se repite.

Ya estamos entrando a la recta final del sexenio de Márquez Márquez y cada vez son más las denuncias por graves irregularidades administrativas que, por la cantidad de dinero, hacen palidecer a las que en su momento se le señalaron a Juan Manuel Oliva Ramírez. Compras hasta 7 veces su costo real de tierras para la armadora de autos Toyota, más de $2,700 millones para arrendamiento de equipo para el programa Escudo, que de ninguna manera justifica su alto costo con los resultados que ha brindado, asignación directa de compra de medicinas por más de $2,000 millones de pesos para el Seguro Popular, compras de tablet´s, uniformes y mochilas y sobrecostos en obra pública del estado.

Si la corrupción en el gobierno de Juan Manuel Oliva causó escándalo, ya verán en el 2018 la de irregularidades que van a salir de la administración de Miguel Márquez Márquez, y el candidato del PAN para el 2018 hará lo que el “librito” señala: desmarcarse, prometer castigo por los excesos y decir que la honestidad ahora si será de verdad. Sentirá en carne viva el actual gobernador lo que él mismo le hizo a su antecesor y terminará igual: señalado y solo.

Que disfrute Miguel Márquez Márquez el poco tiempo que le queda de ser calificado como honesto, trabajador y simpático, porque en unos meses sus ahora amigos lo juzgarán, señalarán y condenarán. Nadie querrá estar cerca de él y verá 3M como se le va el poder y la popularidad de las manos.

Lo que resta de su sexenio lo usará para “blindarse”, tapar hoyos y maquillar balances financieros y a quien quiere imponer de su sucesor no será el más preparado y con trayectoria impecable, sino aquel que le garantice impunidad y un retiro tranquilo y sin juicios por corrupción. Esa es la verdad y eso le tocará vivir. Está por terminar el “orgullo y compromiso de todos” y de Márquez Márquez solo será recordada su enorme sonrisa. Al tiempo.

Adolfo Enríquez Vanderkam
Activista, aficionado a la lectura, amante de León dispuesto a cambiar su historia y sus escenarios políticos, apasionado de la escritura y, por supuesto, seguidor del Rebaño Sagrado.