GUANAJUATO, GTO.- El Primer Periodo Ordinario de Sesiones correspondiente al Segundo Año de Ejercicio Constitucional de la LXVI Legislatura fue clausurado este jueves 18 de diciembre.

En su intervención, el presidente del Congreso del Estado de Guanajuato, el diputado Roberto Carlos Terán Ramos externó que concluir un período legislativo no era simplemente cerrar una agenda de sesiones, era hacer un alto para mirar el camino recorrido y asumir con responsabilidad histórica el sentido de lo que se ha construido.

Apuntó que ha sido una etapa intensa, plural y profundamente democrática en la que las fuerzas parlamentarias impulsaron una agenda que refleja el mosaico de intereses, visiones y preocupaciones que conviven en la entidad.

“Aquí se expresaron diferencias legítimas, se defendieron convicciones firmes y, sobre todo, se dio cauce a lo que la ciudadanía nos ha exigido con claridad: escuchar, debatir y cambiar realidades; legislar no es un acto mecánico ni una formalidad administrativa es asumir que cada ley puede ampliar derechos, corregir desigualdades, ordenar políticas públicas y mejorar la vida cotidiana de las personas”, enfatizó el congresista.

Terán Ramos afirmó que se garantizaron derechos, se fortaleció la agenda de igualdad, se contrastaron visiones sobre la política de salud y se debatieron con seriedad el acceso a servicios públicos, entendiendo que el disenso también es una forma de construir.

El legislador destacó que se celebraron 15 sesiones ordinarias en el Pleno, en las que se presentaron 148 iniciativas; 57 puntos de acuerdo; y se aprobaron 150 dictámenes. De igual manera, comentó que se aprobó la designación del presidente de la Comisión Estatal de Atención Integral a Víctimas; así como de las personas consejeras del Consejo Consultivo de la Procuraduría de los Derechos Humanos del Estado de Guanajuato.

Agregó que cuando el debate se cuida, el diálogo se fortalece; y cuando se escucha a quien piensa distinto, la representación cobra sentido. También dijo que persisten tareas urgentes como reformas constitucionales que demandan atención responsable, procesos de armonización normativa que no admiten demora y una agenda de derechos que exige constancia, profundidad y compromiso.

“El trabajo legislativo no se agota en un calendario; se renueva cada día con la exigencia ciudadana y con la convicción de que el servicio público debe estar siempre a la altura de su tiempo. Que este cierre sea entonces un acto de responsabilidad y de esperanza. Responsabilidad para reconocer lo hecho y lo pendiente; esperanza para saber que, con diálogo, pluralidad y firmeza, este Congreso seguirá siendo un espacio donde las diferencias no dividen, sino que enriquecen, y donde legislar significa, siempre, la voluntad de cambiar para bien la realidad de nuestra gente”, finalizó.