
CIUDAD DE MÉXICO.- La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, aseguró que si hay responsables del descarrilamiento del Tren Interoceánico, que causó 13 muertos y 109 lesionados, habrá justicia.
Primero Sheinbaum centró su mensaje en la atención a las víctimas y la transparencia de las investigaciones sobre el descarrilamiento ocurrido en Nizanda, Oaxaca.
Afirmó que la prioridad absoluta de su gobierno es la atención integral a las víctimas y sus familias; incluso adelantó que viajará personalmente a Oaxaca para supervisar el apoyo a los afectados.
Pidió no especular sobre las causas y esperar los resultados de los peritajes de la Fiscalía General de la República (FGR) y la Agencia Reguladora del Transporte Ferroviario. Aseguró que “si hay responsables, habrá justicia”.
Indicó que el funcionamiento del tren se reanudará solo después de una inspección detallada y exhaustiva de las vías (Línea Z y otras líneas si es necesario) para garantizar que todo opere adecuadamente.
Sostuvo que los señalamientos que buscan culpar de inmediato a la administración tienen el objetivo de “denostar” al gobierno, pero reiteró que se actuará con rigor científico para esclarecer los hechos.
LOS RIELES LLEGAN A BOBBY
La relación de Gonzalo “Bobby” López Beltrán con el Tren Interoceánico ha sido objeto de debate público, especialmente tras el descarrilamiento del 28 de diciembre de 2025.
En julio de 2024, el entonces presidente Andrés Manuel López Obrador confirmó que su tercer hijo, Gonzalo, participaba en el proyecto del Corredor Interoceánico bajo una figura honorífica.
Se desempeñó como asesor o supervisor de los avances de la obra, específicamente en la rehabilitación de las vías, sin cobrar un sueldo ni tener un cargo formal en el gobierno.
AMLO declaró en su momento que le hacía sentir “contentísimo” que su hijo ayudara en la supervisión de esta obra emblemática de manera desinteresada.
Investigaciones periodísticas, principalmente de Latinus, vinculan a Gonzalo López Beltrán con una red de tráfico de influencias denominada “El Clan”.
Se le señala como el articulador que facilitó contratos millonarios a sus amigos cercanos, como Jorge Amílcar Olán Aparicio, para la venta de materiales de construcción.
Se acusa a Gonzalo de haber gestionado la explotación de minas en Oaxaca y la venta de balasto (la piedra triturada sobre la que descansan las vías) con sobreprecios o condiciones irregulares para el proyecto.
Tras el accidente de 2025, críticos y reportajes han resaltado que la vigilancia de la construcción que falló estuvo precisamente a cargo de López Beltrán durante la etapa de desarrollo.
El descarrilamiento del Tren Interoceánico genero que la opinión pública, y sectores de la oposición, hayan revivido estas acusaciones, cuestionando si la calidad de los materiales (como el balasto) o la supervisión realizada por el hijo del expresidente tuvieron un papel en la tragedia.
Hasta el momento, el gobierno de Claudia Sheinbaum mantiene que la investigación técnica oficial determinará las causas reales.