LEON

Cuando hago un repaso sobre los filmes de adolescentes, me quedo pensando en qué pasó con el género en estas nuevas generaciones; si bien es cierto que capturan la esencia de lo que es ser un adolescente en estos tiempos (para bien o para mal), son poco perdurables, en cuestión de meses la película queda olvidada, y eso viéndolo de manera positiva.

Si se quiere realizar un proyecto de este género, no haría daño tomar dos que tres notas del indiscutible campeón de estos filmes: John Hughes.

Hughes tuvo una extensa filmografía en la década de los 80’s en el género de la comedia, la mayoría de su trayectoria fue con el trabajo de guionista, y de vez en cuando se dedicaba a la dirección. Sus películas son recordadas por ser el estandarte de una generación. Me atrevería a decir que nadie ha tenido esa capacidad de comprender a la juventud como él lo hizo, su trabajo es muestra de ello…por más secuelas horrendas de “Mi Pobre Angelito” que se haya tirado en el renombre, su legado queda marcado.

Y hoy se cumplen 30 años de su trabajo más reconocido, el más sensible, y francamente el mejor: El Club de los 5.

El logo de Universal aparece mientras escuchamos Simple Minds de fondo, tras una secuencia tradicional de créditos iniciales vemos el fragmento de una canción de David Bowie:

 

Para los que no saben cuál es, es Changes; para los que no saben quién es David Bowie...pues google tiene un compendio bastante informativo.

Para los que no saben cuál es la canción, es “Changes”; para los que no saben quién es David Bowie… pues Google tiene un compendio bastante informativo sobre quién es.

 

El texto explota y nos transportamos a una escuela de Sherme Illinois, un sábado por la mañana. Este día en particular se presta para los alumnos que deben cumplir un castigo por su conducta; este castigo empieza desde las 7 de la mañana y vemos a los “afortunados” llegar a la escuela. Claire Standish (Molly Ringwald) es una hija de padres ricos y caprichosa, Andrew Clarke (Emilio Estevez) es un deportista y miembro del club de lucha de la escuela,  Brian Johnson (Anthony Michael Hall) es un cerebro nada social,  Allison Reynolds (Ally Sheedy) es una rechazada social, y John Bender (Judd Nelson) es…bueno, es un abusivo.

El grupo se reúne en la biblioteca de la escuela (y una de las bibliotecas escolares más bonitas que he visto en la vida) donde son recibidos por Richard Vernon (Paul Gleason) ; por casi 9 horas, los jóvenes están obligados a escribir un ensayo acerca de quiénes son, sin hablar, sin pararse de sus asientos y sin hacer alboroto; Bender no toma tan fácil la situación y genera un conflicto con Vernon en el que lo  castiga por varios sábados más, pero mientras este no está vigilando a los muchachos, ellos empiezan a interactuar uno con el otro, formando un equipo bastante peculiar.

 

Será un largo sábado.

Será un largo sábado.

 

Recuerdo haber visto la película en mi adolescencia y sentirme profundamente identificado con sus personajes, esa es la magia de la película. Todos en un punto de nuestras vidas hemos sido alguno de estos jóvenes (o una amalgama de estos) y sentir y pensar lo mismo: el mundo nos odia ¿o qué está pasando?

Es por ello que resulta agradable el ver que tras un punto, no importa nuestros estratos sociales y mentalidades, somos muy cercanos el uno con el otro…eso es completamente cierto. Recuerdo a un sujeto que siempre me molestaba en la escuela, pero un día de castigo en el que tuve que estar con él durante el transcurso de la tarde no era un sujeto desagradable y se podía entablar una plática sin necesidad de papeles mojados con saliva o insultos.

Claro que la película no es predicadora en este aspecto y lo toma de la manera más natural, y quizás de la manera más amarga y realista: En el transcurso del día, los jóvenes aprendieron uno del otro, se volvieron más vulnerables y confidentes a diferencia de su interacción familiar y de amigos, lloraron, rieron, pelearon y por algunas horas, tuvieron lo más cercano a un amigo…pero es sólo el momento fugaz de un sábado por la mañana, pues el lunes todos regresarán a sus vidas cotidianas y papeles sociales.

 

La película deja el final abierto a la interpretación de su audiencia, para muchos representa un final feliz donde se rompen esquemas y vemos como los tabúes sociales no existen entre este grupo de amigos, mientras que para otros es un reflejo triste y realista de la situación que todos en nuestra juventud vivimos y no pudimos escapar ¿Qué creen ustedes?

La película deja el final abierto a la interpretación de su audiencia, para muchos representa un final feliz donde se rompen esquemas y vemos como los tabúes sociales no existen entre este grupo de amigos, mientras que para otros es un reflejo triste y realista de la situación que todos en nuestra juventud vivimos y no pudimos escapar ¿Qué creen ustedes?

 

Como dije antes, cada miembro es diferente, resalta uno del otro por su forma de ser y peculiar vestimenta, haciendo que la conexión emocional sea casi perfecta y difícil de no lograr.

Molly Ringwald era la reina de los adolescentes en los 80’s. En esta ocasión interpretó a un personaje “caprichoso” de acuerdo a los estándares de los demás, pero realmente nunca la sientes completamente molesta, ella vive a costa de sus amigas y los estilos de vida que ellas llevan, en realidad no es mala y es la que más se acerca con Bender, un estilo de romance a la “Han Solo/Leia”, Ringwald es muy bonita, y es quizás la que más se atreve a a hacer cosas del grupo, sea fumar mariguana, cambiar su situación sobre que no se atreva a ser cosas, y al final de cuentas coquetear con el tipo rudo para demostrar que es capaz de hacer lo que ella quiere y no lo que los estándares de moda le dicen que haga.

 

Por alguna extraña razón, la relación de amor y odio con Bender se va acrecentando durante la película.

Por alguna extraña (y cómica) razón, la relación de amor y odio con Bender se va acrecentando durante la película.

 

Creo que el personaje con más peso emocional debe ser Andrew; es Emilio Estevez muy contenido, calmado y respetuoso, pero la razón por la que está este sábado con nosotros es atroz, la película sabe de ello, y por eso cuando nos narra lo que hizo, todo se vuelve serio, triste, y podemos sentir la presión que tiene el podre de Andrew; siempre me ha parecido que la escena donde baila y rompe el vidrio es más simbólica representando la presión que tiene por lo que es en realidad y no puede serlo a causa de sus padres. Estevez quizás haya tomado situaciones de la vida real para su personaje, y es triste, pues entre él o Charlie Sheen (su hermano en la vida real) me quedo con el tipo que pudo combatir un camión del Duende Verde en “Maximun Overdrive” (Stephen King, 1986) y ese sujeto bonachón y de aires de líder que toma el papel en serio.

Su personaje me parece el más triste del montón...y eso es decir mucho de un grupo de personajes acomplejados.

Su personaje me parece el más triste del montón…y eso es decir mucho de un grupo de personajes acomplejados.

 

Porque sería un líder nato si no fuese por el cabrón de Bender.

Bender es un fenómeno de las escuelas que comúnmente conocemos por abusivo (¡Padres de familia! el  fenómeno no es tan nuevo como ustedes pensarían, lleva desde el inicio de la humanidad), siempre atacando al grupo y no dejándose ayudar tan fácilmente; lo que hace diferente a Bender de un Biff Tannen o un Ace Merrill, es que la película nos deja ver por qué es así. De todo el grupo, el que menos le gustaría ser como sus padres es definitivamente Bender, y le molesta que la gente le recuerde su posible destino y fracaso en la vida (gracias al más cabrón de Vernon, quien lo intimida con joderlo toda la vida); es odioso, pero carismático, sabe que va a perder en la vida…pero no nos dejará verlo lastimado por ello, y su puño al aíre es muestra de ello.

Los últimos dos miembros, son con los que más me identifique (y sigo haciéndolo): Brian y Allison.

Brian….Dios santo, es una bofetada de realidad. Le cuesta trabajo adaptarse a un grupo social, incluso con los de su estrato social, quiere ser cool a cómo dé lugar, pero nunca se le presenta la oportunidad, es el tipo que se confunde cuando saludan a álguien más, el que se tropieza y todos se ríen, y el que todos odian por ser listo, su miedo al fracaso es quizás el momento más oscuro de la película, pero aprende que no todo en la vida es sobre ser perfecto, quién diría que Anthony Michael Hall después se volvería el abusivo en “El Joven Manos de Tijera” (Tim Burton, 1993).

Le cuesta trabajo encajar, pero no tanto como Allison, quien es un caso completamente especial. Deprimida por la falta de atención, considera que la manera en la que la gente la mirará es siendo un completo fenómeno, y por gran parte de la película lo es; cada que veas una escena con ella, siempre destacará por sus gestos, sus movimientos corporales, su ropa, y su asquerosa forma de comer. Siempre que la veo me parece bastante gracioso, pero en el fondo no hay más que una mujer que grita atención por donde quiera que la veas, solamente no sabe cómo expresar eso, y se considera inferior. Eso me dejó pensando mucho en cuántas veces la gente deja de lado a los raros, los miran como leprosos y son la peor calaña, y estos  no saben ni cómo reaccionar…la película bien lo dice “todos somos raros, sólo unos lo ocultan mejor que otros”

 

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El Club de los 5 sigue teniendo resonancia en nuestros tiempos, la ropa ha cambiado, la tecnología también, pero seguimos viendo esta lucha de los jóvenes por ser algo en la vida, por sentirse queridos, por hacer que sus padres se sientan orgullosos de ellos, aquellos que no reciben nada de afecto, o no como ellos quisieran. Fue una película que irrumpió en varios esquemas, nos demostró lo frágil que somos a esa edad, y que muchos de los miedos que tenemos son compartidos con personas que nunca pensaríamos que tendrían las mismas incertidumbres.

Es probable que si eres joven y es la primera vez que la vez, sientas un confidente en secreto que te diga “Hey, no estás mal, sigue adelante”, pues todos aquellos que la vimos por la misma edad, tuvimos un amigo disfrazado de película, entretenida, triste, emotiva, e inspiradora como pocas.

Nuestra palmada en la espalda ante un mundo que no podíamos con él, gracias “El Club de los 5”, gracias por todo.

 

Y sí, el tema principal es hermoso, y te reto a que no pienses en ella durante la semana. Nunca los olvidaré Simple Minds.

 

 

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