LEÓN, GTO.- Con el relajo que armó el Papa Benedicto XVI con su renuncia, afloraron en León varias cuentas pendientes que dejó su visita en Marzo pasado.
Y es que a la alcaldesa Bárbara Botello le están cobrando más de tres millones de pesos por servicios que fueron contratados por su antecesor, el panista Ricardo Sheffield Padilla. De entrada un tipo le demanda al municipio un varote por un estacionamiento y otro por la instalación de una sala de cómputo, ambos habilitados con motivo del voltión que se dio por estos lares el Josep Ratzinger.
“Hay unas deudas que nos están cobrando por esa visita que estamos revisando y que ni siquiera están documentadas, yo he tenido que platicar con proveedores porque han estado exigiendo el pago”, dijo la alcaldesa.