LEON

Duele la capacidad de apreciar el paso del tiempo, sea en objetos o seres vivos. Nos duele ver que el parque donde jugábamos con nuestros amigos ya no existe, que el cine al que acudíamos recolecta en vez de audiencias, polvo de una manera indefinida, vemos a nuestro perro tener los ojos sin alma y a los niños crecer y volverse más temerosos del mundo, eso también lo apreciamos con nuestros actores predilectos; Marlon Brando pasó de ser un objeto de deseo sexual a una masa amorfa, Al Pacino sufre de los “beneficios” de haber trabajado con Adam Sandler y ahora es una caricatura de lo que fue… Sylvester Stallone ya no es el rudo de noble corazón, ahora machacado por la edad y el peso de sus ojos caídos, y esto de manera curiosa pasa con más frecuencia en el cine de horror.

El caso de hoy, refleja el paso del tiempo con el gigante verde favorito de todos, aquel que no es ni Hulk ni el de las verduras: Frankenstein.

Frankenstein iba a ser interpretado por Bela Lugosi, pero este en un acto colérico y ególatra prefirió no hacer el papel debido a que el personaje nunca vociferaba diálogo alguno. Universal Studios no perdona, y el papel quedó en manos de un tal Boris Karloff, que se volvió la estrella de la empresa y su interpretación del moderno Prometeo se volvió la mascota de los monstruos.

Y es que Boris Karloff, tenía una apariencia espeluznante incluso sin el maquillaje. Eso le aseguró un trabajo sin fin de papeles de villanos, incluso en sus últimos días.

Uno de sus últimos trabajos -antes de hacer películas mexicanas- fue en la ópera prima de Daniel Haller, aquel sujeto encargado de hacer las escenografías de las películas de Roger Corman de Edgar Allan Poe. Lo que queda como proyecto final, es interesante a sabiendas de lo que representan, de lo engañoso que puede ser, y sobre todo porque a los que sabemos de antemano quién es Boris, vociferamos un “carajo”.

Stephen Reinhart (Nick Adams) acaba de llegar a un pueblo inglés -antes de proseguir con la sinopsis, al llegar, hay un cartel que dice Arkham, si la película se desarrolla en un pueblo inglés y aparece Arkham ¿no debiera desarrollarse en Masachussets?- al llegar a la estación del tren, se da cuenta de que todo está vacío, y encima de eso, todos son unos ingleses burlones que no quieren ayudarle a llegar a la mansión de los Witley. Resignado decide ir caminando, y al ver el paisaje desolador y un extraño cráter, por fin llega. Lo saluda Nahum Witley (Boris Karloff) el patriarca de la familia y que está confinado a su silla de ruedas, el señor Witley no se muestra animoso ante la llegada de Stephen, pero sí su hija, la cual resulta estar comprometida con el güero. Stephen por su parte, comienza a sospechar de que las cosas no están bien, y sobre todo que algo está ocultando el patriarca, algo que afecta a los miembros de su familia y que causa descontento entre los pueblerinos.

 

Y vaya que esa es la pregunta del millón.

Y vaya que esa es la pregunta del millón.

 

Aclaremos algo antes: Die Monster Die NO es una adaptación fiel del cuento original de Lovecraft (El Color que cayó del cielo), sólo toma ciertos elementos y es algo completamente diferente, no que esto sea malo, después de todo el fin justifica los medios pero en realidad hace algo que a duras penas puede con una trama.

Es muy precoz, todo sucede de manera apresurada y pues lo poco que sucede, pues no indagamos mucho en el misterio, el guión y la trama es aburrida, y lo peor es que no sabe qué rumbo tomar. Existe el elemento del meteorito, pero es bastante confuso entender si se trata de una maldición familiar, un meteorito de verdad… o una especie de ¿ritual satánico? la verdad como audiencia uno nunca obtiene una respuesta.

 

Hola, mutante pulpo/perro/mosca/lobo/¿humano? te habías tardado en salir, para luego nunca volver a aparecer.

Hola, mutante pulpo/perro/mosca/lobo/¿humano? te habías tardado en salir, para luego nunca volver a aparecer.

 

Hay algo curioso con la película, que originalmente estaba presentada en otro formato y padeció de una conversión de relación de aspecto, al ser trasladada a una imagen más ancha, le genera dos situaciones; la primera es que los personajes a veces parecen más largos o anchos, y la segunda es que en movimientos de cámara, la película parece estar vista a través de un ojo de pez. Esto puede pasar de ser muy mareador, a una especie extraña de 3d en donde los escenarios cobran volumen y te hacen sentir detrás escondido en un sótano o al lado de un pilar, es más elegante si lo comparamos con el efecto en ese entonces de los lentes roji-azules.

Nick Adams perdónenme los dioses, pero no era un gran actor, muy soso, es una especie de Donald Pleasance aburrido y sin carisma, y es el protagónico por desgracia, lo seguimos y es eterno que en una película aparezca un protagonista que no nos importa -irónico tratándose de una película de apenas una hora de duración-. Eso no deja duda alguna, el proyecto se vendió con otra persona como titular: Boris, el buen y ahora frágil Boris.

Resulta ser lo mejor de la película, Karloff nunca defrauda, y la verdad es que duele verlo en un rol tan frágil como un hombre confinado a su silla de ruedas, para después mutar a una especie de hombre radioactivo que es derrotado fácilmente; si bien el guión apesta, Karloff (al igual que Lugosi) impregnaba cualquier frase por más estúpida que fuese con un estilo macabro, claro que hace lo que puede tomando en cuenta lo confuso que es el guión, no importa si hiciera esto por necesidad o por gusto, uno ve que pone el alma en su papel, y por lo menos intenta hacer algo un tanto diferente a lo que nos tenía acostumbrados.

 

Cansado y de ojos tristes, pero la sonrisa macabra que inspiró la del Grinch nadie se la quita.

Cansado y de ojos tristes, pero la sonrisa macabra que inspiró la del Grinch nadie se la quita.

 

También agregaría el logrado elemento del ambiente, neblina en todas partes que para ciertos ojos puede abaratar una película, pero también debe servir como enclaustrar a nuestros desventurados héroes en el misterio, y una escena que me parece que inspiró a cierto realizador para una escena con ramas en la noche y una mujer.

Es mala, pero tiene los elementos suficientes para poder realizar un juego de shots, como esperar a que el sonido de ambiente se vaya, o cada que aparezca la sombra inútil… porque de eso se trata también Octubre, de apreciar lo auténticamente bueno, y disfrutar de vez en cuando de algo apestoso, así es la vida después de todo.

Claro que digo esto pensando en mi añorado Frankie, aquel que me partía el alma como el hombre creado de cadáveres, el verlo tratando de sobrellevar una trama confusa y aún así lograr un papel interesante en sus últimos años; esto me puede hacer soltar un suspiro de mezcolanza y constatar que el tiempo pasa, es inevitable… necesito un trago.

 

Puedes apreciarla aquí mismo, querido lector, porque es lo que esperabas hacer un viernes por la tarde: ver películas baratas de los años 60’s.

https://www.youtube.com/watch?v=8yCcZ41lEH0

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