BUENOS AIRES, ARG.- Al tomar el poder en la Asamblea Legislativa y con un discurso que duró 25 minutos, el nuevo presidente de Argentina, el opositor Mauricio Macri, advirtió que su gobierno será “implacable” con la corrupción.

“Voy a ser implacable con aquellos de cualquier partido o filiación política, sean propios o ajenos, que dejen de cumplir la ley. No habrá tolerancia con esas prácticas abusivas”, sentenció un  Macri que derrocó al gobierno kirchnerista de 12 años encabezado por Cristina Fernández.

Escoltado por 300 granaderos del Ejército, llegó en un auto blanco acompañado de su esposa, Juliana Awada, y la hija del matrimonio, Antonia, de cuatro años.

El presidente Provisional del Senado, Federico Pinedo le entregó la banda y el bastón, “esta Argentina la construimos todos juntos”, dijo ante la Plaza de Mayo.

Es costumbre que el presidente saliente, en este caso Cristina Kirchner, entregue el mando, pero una disputa entre la mandataria y Macri sobre el lugar de la ceremonia, lo impidió; ella pretendía hacerlo en Casa Rosada, como finalmente sucedió, pero Cristina no participó ni fue al Congreso.