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Alan, el ladrillero de 16 años que quiere ser arquitecto

LEÓN, GTO.- Román Rocha es un productor ladrillero de 43 años al que ya no le emocionan los anuncios del gobierno en turno, enfocados en mejorarles la calidad de vida en Ladrilleras del Refugio, ubicada al noroeste del municipio de León.

Previo a la presentación de la “Estrategia de Atención Integral al Sector Ladrillero” a Román solamente le pesa una preocupación: conseguir 1,200 pesos para pagar el segundo semestre de preparatoria a su hijo de 16 años, llamado Alan.

Este chavo estudia en la prepa de la comunidad de Duarte, quiere ser arquitecto y tiene promedio de 9.5 en sus calificaciones.

Si Román no presenta el primero de febrero el ticket de pago de colegiatura, Alan no podrá cursar el segundo semestre.

“Acaba de cursar el primer semestre y salió con promedio de 9.5 No queremos soltarlo pero, pos como le digo no tenemos apoyos de beca, no tenemos nada, y pos tenemos que darle aquí para sacarlo adelante”. Así lo dice el padre mientras comenta que apenas consigue 2,000 pesos por el trabajo de una semana.

“Nosotros no le pedimos nada regalado a nadie, pero tampoco no nos gusta que nos echen tierra de alguna forma”, dice Román cuando se le pide opinión sobre la gente que los culpa por contaminar el aire que respiran.

“Ojalá y que se pusieran en nuestros zapatos, nada más para que miren lo que es sufrirle”, dice Román mientras empuña las manos.

Sobre la nueva estrategia del estado Román dibuja una sonrisa chueca mientras dice que ya no le emociona nada.

“Pues ya está uno acostumbrado, por eso cuando vienen y ofrecen un proyecto, pue ya no nos emociona nada. Por lo mismo que, como usted dice, ya tenemos tiempo escuchado lo mismo”.

Dice Román que lo único que han escuchado son amenazas de que los van a venir a quitar o reubicar en el mejor de los casos.

“Así nos tocó y hay que écharle”, dice Román. Luego, con voz firme,  le pide a su hijo que siga pasándole ladrillos.

Y así como van y vienen los bloques, también las personas que le quitan peso a la carga.

La diputada federal del PAN, Ana María Esquivel Arrona, se enteró de alguna manera del apuro de Román y su hijo.

Ella sacó de su bolsa el dinero para la colegiatura y con ello cooperó para la edificación de un buen futuro arquitecto.

Después de todo, la emoción se coló en la ladrillera.

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