CIUDAD DE MÉXICO.- Parece ser que se ha dado un segundo paso en la intentona por quitarle poder a la maestra Elba Esther Gordillo, esa rara belleza que dirige el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación.
Y es que los diputados federales, pese a la toma de tribuna que sufrió nuestro paisano Panchito Arroyo,  aprobaron en lo general la reforma educativa propuesta por el copetudo preciso de la República, Enrique Peña Nieto, en la que se establecen dos dardos venenosos para Gordillo.
El primero radica en que serán nulos los salarios y los nombramientos que se hagan al contentillo del sindicato.
El segundo es que todos los maestros, sin excepción, serán evaluados para obtener cargos con funciones directivas o de supervisión.
La reforma fue aprobada con la negativa de los encorbatados del Partido Nueva Alianza, quienes protegen los intereses de la maestra Gordillo.
El tercer paso será la aprobación de la reforma por parte del Senado y 16 congresos locales en la República.