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BIRDMAN (O LA INESPERADA VIRTUD DE LA IGNORANCIA)

“Ve Birdman”, eso era lo que por un buen tiempo del 2014 estuve escuchando; sí tenía ganas de verla, pero por razones estúpidas jamás pude verla hasta este momento del año, momento en el que tuvo su re-estreno gracias a las múltiples nominaciones que la película obtuvo, y eso es perfecto para mi situación y más. La película requiere que más gente acuda a verla, aunque la situación de sólo aparecer en las pantallas de cine de arte en el cine más alejado de la ciudad es un elemento que innegablemente hace difícil el acudir a verla.

Estaba completamente perplejo con la idea del proyecto, y no lo negaré: una parte de mí esperaba una adaptación del epónimo personaje de Hanna Barbera, pues la información al respecto del proyecto era completamente vaga hasta la aparición del primer trailer.

 

Lo siento mucho, fanáticos del héroe de traje amarillo y vengador, tendremos que esperar más por ese crossover con el fantasma del espacio.

Lo siento mucho, fanáticos del héroe de traje amarillo y vengador, tendremos que esperar más por ese crossover con el fantasma del espacio.

 

Lo interesante es que Birdman es una película que a pesar de tener un título por demás extraño y hasta en cierto aspecto tonto (de todos los animales que existe, una avecilla no inspira el terror en los crimales), resulta ser una de las películas más interesantes de ver del año pasado, y una severa crítica hacia lo que cine ha estado realizando en estos últimos años.

Riggan Thompson (Michael Keaton) es un actor casi olvidado salvo por el célebre papel que tuvo en la serie de películas de Birdman. Enfocado a tratar de olvidar ese lado actoral y enfocarse en lo que realmente ha querido hacer, es el encargado de la puesta en escena de “Lo que hablamos cuando hablamos del amor” de Raymond Carver. Riggan hace lo posible por llevar la obra a Broadway, con una intención claramente personal…pero no es tan fácil como parece.

Problemas económicos, con los actores, y personales se interponen con su objetivo.. El más reciente de los ejemplos es el accidente que tuvo un actor mientras hacían los ensayos, de último minuto deciden contratar a Mike Shiner (Edward Norton) un actor con desarrollo teatral que se volverá un gran problema para Riggan, pues los egos chocan y si encima de todo eso agregas un alter ego que asalta las decisiones de Riggan y las cuestiona, los 3 días antes de que suceda la obra son un infierno.

¿Qué no critica Birdman?

La película tiene un punto de vista muy negativo frente al género de superhéroes que ha invadido la pantalla. Inarritu no es fanático de estos proyectos y es notorio que en su película destaca la falta de complejidad y entrega total de sensaciones baratas y mundanas, atrás quedaron los días en el que el cine podría ponerte a pensar y nos abrimos más a la idea de ver explosiones, secuelas sin fin y los productores no dejarán de ninguna manera esta mina de oro. De todos los actores, muchos de ellos han estado en proyectos de “comics” y es notorio el impacto negativo que han recibido sus proyectos basados en ellos; Keaton dejó de ser Batman justamente en el año donde Riggan dejó de ser Birdman, Norton estuvo muy de cerca con el proyecto que intentaba revivir a Hulk y fue botado completamente de este, y Emma Stone fue lo más rescatable de la última película del trepa muros arácnido.

No comparto totalmente la decisión del director, pero estoy de acuerdo que el medio está saturado de estos proyectos, y no hay que dejar de lado los demás, es bastante interesante el ver la opinión de alguien tan reacio y drástico respecto al tema.

Pero no sólo se dedica a despotricar frente al boom de los personajes con poderes y capas, oh no. Birdman también representa una bofetada a los actores con egos altos, desestimando el trabajo de sus camaradas de películas “menores”, considerándolos prostitutas por venderse a proyectos comerciales  a los fenómenos sociales, y hasta a los críticos de cine… ouch.

 

Siendo esta parte mi favorita y en la que vi reflejada mis vivencias y muchos conocidos.

Siendo esta parte mi favorita y en la que vi reflejada mis vivencias y muchos conocidos con la misma mentalidad hiriente.

 

Por parte de las actuaciones, sobra decir que son excelentes. Michael Keaton es un hombre cansado de su fama, y también muy necio a hacer la mentada obra, por un lado comprendemos su necesidad, pero tiene un secreto que poco a poco nos va revelando, pues también es su alter ego, Birdman…nos hace reír y también de manera curiosa, su personaje resulta ser el más flojo en la obra de teatro, de ahí siento que la obra funciona más para satisfacer su ego que demostrar su calidad actoral, y eso me mató de la risa.

Norton y su Mike Shiner es absolutamente odioso; un personaje que para una escena donde tiene sexo NECESITA tener sexo para hacerlo sentir real, perfeccionista y bastante gracioso, nunca se derrumba su calidad actoral a diferencia de Riggan y lo vemos sin ningún tabú, para mí representa todo lo que odio en un actor, pero que a la hora de su trabajo cumple más del 100%, aunque necesite que haya comida en el refrigerador, comida real.

Cabe destacar el gran trabajo de cámara de Emanuel Lubezki en Birdman, alejado de sus colaborador tradicional Rodrigo Prieto, la película parece una sola toma sin interrupción alguna por un corte, esto nos pega de inmediato y con sus acercamientos extremos sentimos una vulnerabilidad de los personajes como nunca antes había visto, el truco es casi tan perfecto, que uno se queda preguntando qué fue lo que hicieron para filmar la película. Lubezki merece reconocimiento por el laborioso trabajo que realizó.

Su falla radica en que a veces Birdman olvida que se puede llevar un mensaje sin ser predicador al respecto. Funciona más el conflicto interno de Riggan con su alter ego y ver su hipocresía respecto a su hija cuando se fuma su hierba que tener momentos donde recibimos un monólogo de manera metódica ya que la cámara se pone en un ángulo para enjuiciarnos… decisiones del director supongo.

Lo escuché, lo leí, y ahora que lo presencié, puedo decir que es una gran película, he conocido muchas personas que han odiado completamente por el mensaje anti cine de entretenimiento, y pues no hacen más que demostrar la realidad que Birdman expone con gran irreverencia; su final es totalmente intrigante -esta vez justificable: no vaya a ser que se le haga costumbre- y es muy agradable ver este tipo de películas que nos pongan a cuestionar sobre las interpretaciones que cada persona tiene de ella, así de nuestra realidad fílmica. Se necesitaba de un mamón odioso incorregible para hacer una proyecto así, y es por ello que Iñarritu era el indicado para hacer un proyecto de esta magnitud. Por fin un excelente filme del último de los tres compadres en despegar.

 

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