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CASI FUERA; LEÓN ENTREGA LA IDA ANTE LAS ÁGUILAS

CIUDAD DE MÉXICO.- Mentir es la cosa más sencilla… cuando hay material para hacerlo, pero seamos honestos, León aunque luchó, entregó la ida de los cuartos de final de la Liga MX ante el América en el Azteca. Los Verdes se trajeron un tétrico 4-1 en un partido manchado por un error arbitral, y una pifia del cancerbero Esmeralda. 

No llore, todavía. Es cierto que el manual del buen perdedor no dice que hacer cuando en el mismo partido hay una equivocación arbitral y un error de tu portero que tienen influencia en el marcador, pero relájese, la clave de todo esto es pensar y creer en los milagros, este partido se reeditará el sábado y aunque todo pareciera estar definido, la realidad es que los partidos se tienen que jugar.

Apenas al minuto 12, Ignacio González marcó el primero de la noche. Y es que Nacho es un tipo que tal vez te hace dos goles al año, pero seguro serán goles importantes. El defensor Esmeralda se topó con una pelota de frente a la portería que, tras pegar en el travesaño,  la cabeceó para mandarla hasta el fondo de las redes.

Sin embargo, el gol encendió las alarmas para los Azulcremas que se pusieron a trabajar pero en serio tratando de empatar en el marcador a como diera lugar; El premio llegó al 22 cuando Paolo Goltz aprovechó una serie de rebotes dentro del área para disparar hacia la meta de Yarbrough. La pierna de Aldo Rocha desvió la pelota y el gol fue inevitable.

La historia se repitió minutos más tarde, al 36′, cuando otro balón mal rechazado llegó a los pies de Paul Aguilar quien la reventó con furia para poner el parcial 2-1

Cuando América mantenía el dominio del encuentro, el partido sufrió ese golpe “inesperado”… que la verdad, no fue sorpresivo para nadie. Menos para Juan Antonio Pizzi, que curiosamente ya había “sugerido” conflictos como estos apenas este martes.

El arbitraje del duelo, a cargo de César Arturo Ramos Palazuelos, falló y sancionó un penal en contra de los Verdes tras un clavado realmente absurdo de Andrés Andrade para que Benedetto, desde el manchón, consiguiera el 3-1.

Para el arranque de la segunda mitad, claramente molestos y hasta cierto punto desenganchados del encuentro, los pupilos de Juan Antonio Pizzi  salieron a la cancha para tratar de reducir la desventaja que, pese a ser importante, no era para nada definitiva en la serie.

América, por su parte, concentró su accionar en el tema de la recuperación de balones y particularmente en la creación de contragolpes, dado que León reacomodaba sus filas al darle minutos a Marco Bueno, que no pudo encontrar una oportunidad para destacar.

Pero esto es futbol y las sorpresas-no sorpresas están a la orden del día. Si usted ya está molesto, le sugerimos brincar hasta el último párrafo, lo que sigue es una pesadilla. Y es que luego de dos aproximaciones de peligro por parte de los Verdes, la zaga Esmeralda concedió una falta por el costado de la izquierda… y William Yarbrough regaló el cuarto gol. Así de simple.

No hay “maneras sutiles” para maquillar el error del “Güero”, el cancerbero metió la pata pero en serio, hasta el fondo, al no poder  detener el disparo de Mikel Arroyo que, si bien iba con mucha potencia, estaba dirigido justamente a la zona de la portería que según los libros y manuales de la portería, debería estar cubierta por el propio arquero. El marcador de 4 goles a 1 ya era definitivo.

El revés ya estaba consumado, si León quiere pasar a las semifinales del Apertura, deberá hacerlo con una remontada histórica, con tintes épicos y de película. La ventaja del futbol es que estas cosas pasan… ¿la desventaja? que a Pizzi no le han pasado.

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