Counterpoint

BATMAN Y SUPERMAN VS ALIENS Y DEPREDADOR

Alien vs Depredador no significó el origen del crossover en los cómics, pero sin duda alguna fue el más fructífero por la década de los noventas. Explotó con un mero guiño fílmico -la aparición de un xenomorfo como trofeo en Depredador 2 (Stephen Hopkins)– y es  una franquicia que a pesar de darle pena a Fox por no ser exitosa en el ambiente fílmico, continua en nuestros tiempos.

Ahora tiende a ser más sutil, pero tiempo atrás, básicamente los extraterrestres pelearon con todo aquel que se moviera. Incluyendo a los dos superhéroes más famosos de la historia, en un proceso de creatividad que simula a los debates que tenías con tus amigos sobre quién ganaría en un hipotético encuentro.

Tanto Batman como Superman tuvieron encuentros distintos con las dos especies, y sólo era cuestión para que el mega evento de una época llegase a ocurrir. Este fue el último crossover por parte de Dark Horse DC Comics con la franquicia de Alien Depredador, y fue un cómic que se alimentó en parte por el éxito obtenido en los anteriores encuentros, una idea estúpida pero que no debería haber sido tan difícil de lograr.

Pero… por algo terminó siendo el último de su estilo.

Superman y Batman vs Alien y Depredador comienza con los dos súper héroes encontrándose con un grupo de Depredadores en sus respectivas ciudades. Esto les llama la atención y comienzan a investigar porque saben que estos seres son amenazas para cualquier ser viviente (y mucho más para una metrópolis). Sus investigaciones los llevan a Los Andes, en donde un volcán llamado “El Abuelo” comienza a dar señales de actividad, y lo que encuentran es que estas dos especies han vivido por años debajo del volcán gracias a un accidente que sufrió su nave al pasar por el planeta tierra. Ahora con el volcán en señales de erupción, lo que preocupa a los Depredadores es que la especie que cazan como ritual -los Xenomorfos– escapen y comiencen a poblar nuestro planeta.

Adoro ese “THRUNK” cuando golpeas a reina de los Xenomorfos.

Tiene todos los elementos para ser un crossover estúpido y divertido, pero de alguna manera falla.

Mark Schultz no era ajeno al mundo de los dos extraterrestres peligrosos. Escribió Predator: Hell & Hot Water (En donde un Depredador se encuentra cazando bajo el agua, sin aparatos para padar porque Fox no quiso un rediseño… por alguna razón) Aliens: Havoc que no es una historia sobresaliente del personaje siendo lo más rescatable es que en cada página se encuentra el arte de un diferente artista de Dark Horse. Por alguna razón se le da el encargo de la madre de todos los crossovers y, se pierde en el argumento. La aparición de los Depredadores en otras partes del mundo no parece molestarle ni a Batman ni Superman para considerarlos plaga, y la inclusión de los Xenomorfos resulta muy torpe porque nunca pelean estos dos. No estoy pidiendo que sea una obra que me haga reflexionar en por qué somos humanos y en las culturas que existieron, pido un crossover satisfactorio y que sepa usar a sus invitados, de habérselo dado a Chuck Dixon, Dave Gibbons o a David Micheline (expertos en este tipo de encuentros espectaculares) sería otra historia.

Y es que el cómic se siente apurado; en dos volúmenes traza una historia bastante compleja que para el segundo tomo se siente incoherente y que va más allá por la fascinación de… pues terminar el maldito cómic. Además, Schultz decide volver totalmente molestos a Batman Superman. El primero es el engreído que todo mundo que no lee Batman piensa que es (tú sabes, el que puede hacer todo porque… Batman), torpe, y soltando chistes en todo momento.

Y espero que seas fanático de ver a Superman mencionar “Gran Rao” por todo.

Lo mejor y rescatable de este encuentro, es el arte de Ariel Olivetti. Su estilo no sé por qué me recuerda a carteles de propaganda militar, con hombres cuadrados y en un tono realista sin llegar al hiper. Aquí se beneficia Batman quien poco a poco comenzaría a abandonar el color azul de su traje para volverse más al negro y Superman parece estar inspirado en George Reeves y en el Superman de las caricaturas de los estudios Fleischer.

Aunque aquí el afectado es el depredador, que lejos de verse grostesco y lleno de protuberancias y detalles -como debería de ser- es, muy limpio… al grado de parecer otro extraterrestre.

Pero también denota una falla en el estilo de Olivetti. No me malinterpreten, es sorprendente, pero es de esos artistas en los que el fondo termina siendo una molestia; más que querer crear un ambiente con el fondo o usarlo de manera inteligente, mientras no esté no hay problema y esto se ve flojo.

Superman y Batman vs Aliens y Depredador fue un cómic que como mencioné, aprovechó el impulso de una idea que jamás fue concebida como seria, y funciona como un crossover extraño. Incluso da un tratamiento de canon a las demás desventuras que Batman Superman tuvieron con los extraterrestres, por eso no les sorprende verlos. Es un cómic que de adolescente disfruté por ser un encuentro peculiar y que ahora que me encuentro -quiero creer- más consciente de otros materiales de estos encuentros, me pregunto cómo es que pudieron hacer algo tan olvidadizo con un cómic que se escribe en automático.

Y es que desde hace 10 años, estos encuentros que sacian nuestra curiosidad como fanáticos del cómic, fueron haciéndose poco frecuentes, hasta casi quedar en el olvido.

 

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