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Reconoce municipio de León a voluntarios de comedores comunitarios

LEÓN, GTO.- En el marco de la conmemoración del Día Internacional de los Voluntarios, la alcaldesa de León, Ale Gutiérrez, celebró con decenas de mujeres y hombres que se dedican a la labor social.

La presidenta municipal señaló que gracias al apoyo, esfuerzo y dedicación de gente comprometida como ellos, muchas personas tienen comida en su mesa y lo mejor es que su trabajo lo hacen con amor, sin esperar nada a cambio.

“Ustedes han decidido con voluntad ayudar a aquel que lo necesita, con voluntad levantarse bien temprano, con voluntad sacrifican el tiempo con su familia para ayudar a otros, con voluntad dar todo lo que tienen y hasta lo que no tienen por amor a los demás.

“Cuando tú das algo a los demás, claro que tienes la mejor paga, te quedas con la satisfacción de que pudiste ayudar a alguien y le hiciste la vida mejor, esa es la mejor paga que puedes tener”, explicó.

En León son 136 comedores comunitarios habilitados para apoyar a las personas que lo necesitan. A través del programa León Sin Hambre, cada vez se ha podido beneficiar a más leoneses en condición vulnerable.

Por su parte, la directora del DIF León, Liz Esparza señaló que tan solo este año se han podido entregar cerca de 2 millones de raciones de alimentos en los diversos comedores comunitarios beneficiando a más de 15 mil personas vulnerables.

Inspira Alma Cristina Bermúdez con su historia de amor al prójimo por más de 14 años

Alma Cristina Bermúdez Ortega se levanta todos los días a las 6:00 de la mañana para preparar la leche caliente que reparte a 80 menores del comedor comunitario en el kinder, primaria y secundaria de San Judas.

Se sube a la “pachicleta”, como ella misma bautizó a su bicicleta panadera acondicionada con una caja en donde coloca el producto y pedalea por 15 minutos de La Correa (una extensión de El Consuelo) hasta los comedores en donde alimenta a 15 niños de kinder, 30 de primaria y 35 de secundaria.

A las 7:15 de la mañana, las niñas y niños esperan su desayuno.

Todos le ayudan a colocar las tazas. “Llegan muy gustosos y en veces les digo por qué llegan muy temprano y me dicen que su mamá se fue a trabajar y los mandó (…) Hay veces que los niños me dicen que traen hambre porque no les dieron de cenar y cuando eso ocurre les doy otra tacita de leche o les damos más almuerzo, porque tenemos cierta cantidad para los niños, por ejemplo ayer les dimos lentejas y estaban muy contentos y nos dijeron que apenas con este frío les cayeron bien. Se siente muy bonito saber que estamos ayudando a alguien más, en especial a los niños”, afirmó.

El esfuerzo diario de trasladarse en bicicleta soportando calor, frío o lluvia sin recibir dinero a cambio vale la mucho la pena por una sencilla razón: la satisfacción de ver los rostros felices de aquellas niñas y niños que muchas veces se fueron con hambre a la cama por no tener para cenar.

“No son mis hijos pero los adopto como si fueran mis hijos, ya todos me conocen porque tengo haciendo esto 14 años. A veces se me hace tarde para llegar a la secundaria y ellos cuando me ven hasta me abren la puerta y me ayudan a servir.

“Me da mucha emoción que apenas me estoy bajando de la bicicleta y ellos ya están bajando el cajón, el agua y la comida. Los invito un día para que vean lo bonito que es cuando llegan los niños con una sonrisa porque muchas veces tenemos en la casa un día pesado, una tristeza o una preocupación, pero ellos están muy felices de vernos y eso nos cambia todo”.

Doña Alma realiza esta noble labor desde hace 14 años, cuando sus hijos eran pequeños. A partir de ahí, su amor por ayudar al prójimo fue creciendo y con el paso de los años, se consolidó.

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