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RENDIJA POLÍTICA; CARLOS ZAMARRIPA HOOVER

Por Adolfo Enríquez Vanderkam

Carlos Zamarripa Aguirre cumple 8 años como Procurador General de Justicia de Guanajuato, 3 en el gobierno de Juan Manuel Oliva Ramírez y los otros 5 con Miguel Márquez Márquez. En ninguna otra parte del país se sabe de un procurador que haya durado tanto tiempo en el puesto, pues es un área altamente corrompible y que exige continuas bocanadas de oxígeno fresco para no caer en la ineficiencia y la autocomplacencia.

Zamarripa Aguirre llegó al cargo en el 2009 y esto lo logró más con “detalles inconfesables” que le confería al entonces procurador Daniel Federico Chowell Arenas que lo convirtió como el “consentido” al interior de la dependencia, que en méritos académicos, pues toda su carrera se resumía a simple agente ministerial, no contaba con estudios destacados y menos con experiencia en la procuración de justicia.

“Haiga sido como haiga sido”, Juan Manuel Oliva Ramírez lo nombró procurador y como todo buen funcionario, prometió abatir los enormes rezagos de los ministerios públicos, modernizar la procuración de justicia y emprender acciones contundentes por desaparecer la impunidad en el estado. Ya iniciado en gobierno de Márquez Márquez y ratificado en el puesto, hizo mancuerna perfecta con el recién llegado Alvar Cabeza de Vaca Appendini, nombrado Secretario de Seguridad Pública del Estado y desde ese momento se les conoció como el “dúo dinámico”.

La primera situación difícil de Carlos Zamarripa fue enfrentar la nota nacional de mujeres encarceladas por haber abortado, que producto de dicha presión luego fueron liberadas. Lamentablemente para Guanajuato, las supuestas buenas intenciones de Carlos Zamarripa solo quedaron en eso, pues los ministerios públicos crecieron en ineficiencia y la impunidad empezó a dispararse,

El “dúo dinámico” gozó de un cierto prestigio al inicio del actual sexenio, dando notas destacadas por algunas detenciones, pero en materia de seguridad y violencia, tanto Alvar Cabeza de Vaca como Carlos Zamarripa empezaron a ser rebasados, justificándose en que Guanajuato estaba debajo de la media nacional en delitos y en ejecuciones, pero era claro que el panorama se empezaba a descomponer y el otrora estado seguro, perdía su imagen y prestigio de entidad tranquila.

Hoy Guanajuato es nota nacional por la violencia, las ejecuciones, el exponencial incremento de los índices delictivos, la pésima labor de los ministerios públicos y una impunidad que rebasa con creces la media nacional. Hoy tenemos un procurador que se esconde, que pocas veces da la cara y que se rehúsa a aceptar que el estado sufre de una criminalidad nunca antes vista y donde la procuración de la justicia simplemente no existe.

Pero hay algo que es simplemente inconcebible y que ha marcado y para siempre, el declive en la imagen como funcionario de bien a Carlos Zamarripa Aguirre y es la muerte de tres menores de edad en San Miguel De allende, producto de un fallido e injustificable operativo de las fuerzas de elite de la Procuraduría General de Justicia del Estado. Evidente la alteración de peritajes, ocultamiento de información y fundadas sospechas de modificación de evidencias hacen de éste caso un negro pasaje donde el abuso de la fuerza y la ilegalidad de la actuación de los representantes de la Procuraduría, han dejado una marca indeleble que mató de golpe la justicia e hizo regresar el tiempo donde la autoridad justificaba su actuar burlándose de las víctimas, con un vil abuso del poder.

El ciclo de Carlos Zamarripa Aguirre ya terminó y los números así lo demuestran. Resulta inexplicable que con tan malos resultados siga al frente de la Procuraduría y solo se entiende que por “secretos” e “información” que posee de altos funcionarios de gobierno del estado, es lo que impide su remoción. Al más estilo de J. Edgar Hoover, Zamarripa se niega a irse por los datos que posee de quienes son sus superiores, porque de otra manera no se entiende la necedad de conservarlo en el cargo, porque es evidente que la realidad lo rebasó.

Por salud alguien debe decirle a Carlos Zamarripa Aguirre que no piense en ser el futuro Fiscal General del Estado, primero porque no da el ancho y los resultados como procurador son reprobatorios para que continúe al frente y segundo, porque bajita la mano Alvar Cabeza de Vaca Appendini pretender ser él el Fiscal General.

¿Puede usted creerlo? Dios nos agarre confesados.

Adolfo Enríquez Vanderkam
Activista, aficionado a la lectura, amante de León dispuesto a cambiar su historia y sus escenarios políticos, apasionado de la escritura y, por supuesto, seguidor del Rebaño Sagrado.

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