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RENDIJA POLÍTICA; DEBEN DE RODAR CABEZAS

Por Adolfo Enríquez Vanderkam

Cuenta una anécdota de un alcalde que ganó las elecciones y su antecesor le dio tres cartas en sobre cerrado, advirtiéndole que las abriera, una a una, cuando tuviera problemas.

Pues tomó el cargo el nuevo alcalde y las cosas no pintaron como él creía y abrió la primera carta que decía: Culpa de todo a la administración anterior. Siguió el consejo y de todos los males culpaba al que lo antecedió.

Pasó el tiempo y la excusas de echarle la culpa “al de atrás” no funcionaban ya y decidió abrir el otro sobre que decía: Haz cambios en tu gabinete. Así lo hizo, sustituyó funcionarios y continuó con su trienio.

Ya para finalizar su gobierno, con la opinión pública en contra y los problemas acumulados, decidió abrir el último sobre que decía: Haz tu también las mismas 3 cartas.

De igual forma parece que Héctor López Santillana está siguiendo estos pasos. En sus más de 10 meses, él, sus funcionarios y el partido que lo llevó al poder se han excusado de la falta de resultados en la desastrosa forma en que Bárbara Botello dejó la administración de León. Y nadie lo puede negar, la priista descompuso lo que funcionaba bien y empeoró lo que no daba resultados. Dejó la ciudad endeudada, con obras de mala calidad y una arraigada cultura del moche, tráfico de influencias e ineficiencia en casi todas las dependencias.

Pero a alguien que presumió en campaña experiencia, capacidad, conocimientos y una alta responsabilidad por corregir el rumbo de León, no le ha valido ante la opinión pública el lento actuar de su gobierno, que la mayor parte del tiempo se la pasa diciendo que están en estudios, que lo están analizando o que se encuentra en revisión tal o cual determinado problema que afronta la ciudad.

La paciencia de los leoneses parece haberse agotado y solo es cuestión de revisar las redes sociales para darse cuenta que las críticas y señalamientos aumentan cada día más.

Y siguiendo con la anécdota, le toca abrir el segundo sobre, y ahora el gerente de León debe, necesariamente, hacer cambios en su gabinete, pues es real que el barco se le está hundiendo. No es un secreto las dependencias donde las cosas no marchan bien y donde los funcionarios han quedado a deber, el puesto les quedó grande y que dan la impresión de estar desfasados, fuera de contexto y desubicados de las problemáticas que presenta León.

Por ejemplo, podemos empezar hablar de la Secretaría del Ayuntamiento, donde Felipe de Jesús López Gómez se la pasa escondido, como con miedo y las responsabilidades que recaen en su dependencia no han sido cubiertas responsablemente, faltando oficio político y más preocupante, capacidad y conocimientos para hacer que la maquinaria municipal funcione aceptablemente. Derrotas jurídicas, una función edilicia que no hace en forma profesional su labor y una nula intuición para detectar problemas han provocado más de una sonrojada al alcalde, quien se está quedando sin argumentos para sostener por más tiempo a su amigo Chuy López Gómez.

Otra dependencia que ha sido un verdadero fracaso es la Dirección General de Comunicación Social, donde Ignacio Camacho, sin políticas de comunicación y nula presencia en redes sociales, no ha logrado posicionar al gerente de León, poco se sabe del trabajo que está haciendo la actual administración y no existe ninguna estrategia para pararle los golpes al alcalde, que ya no siente lo duro sino lo tupido.

Se rumora que el Comité Directivo Estatal y el Municipal del PAN le han pedido a López Santillana que haga cambio urgente en esa dependencia.

En materia de seguridad las cosas están que arden. Ahí el gerente de León concesionó la seguridad de León a Alvar Cabeza de Vaca, y ha sido un verdadero error imponer como Secretario de Seguridad a Ramírez Saldaña, en la Dirección de Policía a Jiménez Arcadia y en la Dirección Operativa de la Policía a Guillen Rico, que tardaron 10 meses en presentar su plan de trabajo y no han logrado en éste tiempo disminuir los índices delictivos.

Es notorio que los nombramientos no eran los adecuados y las cosas cada día empeoran más, al grado que sigue siendo el principal reclamo de los leoneses donde López Santillana más mal ha quedado, digo, porque prometió cuidar a los ciudadanos como si fueran su familia.

Si el gerente de León hace esos cambios, tal vez se empiece a enderezar el barco, aunque para ello también López Santillana debe hacer algunas correcciones, como el dejar de regañar a sus gobernados cuando él mismo no ha dado resultados, poner cara más alegre, dar un giro a sus discursos que ahora son aburridos y monótonos y poner cara de que en verdad le ocupa y le preocupa el bienestar de los leoneses, porque desanima ver su cara de “fuchi” que pone en los actos públicos.

El gerente eón Héctor López Santillana ya abrió la primera carta. ¿Tendrá el valor de abrir la segunda y hacer los cambios que las circunstancias exigen? Eso pronto lo sabremos.

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