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RENDIJA POLÍTICA; LA POLICÍA DE LEÓN SE DESMORONA

Por Adolfo Enríquez Vanderkam

Resultó una verdadera tragedia que Alvar Cabeza de Vaca, Secretario de Seguridad Pública del Estado, haya nombrado a Luis Enrique Ramírez Saldaña como Secretario de Seguridad Pública de León, a Edgar Osvaldo Jiménez Arcadia como Director de la Policía y a Jorge Guillen Rico como Director Operativo de la Policía. No han dado resultados, se siguen incrementando los índices delictivos y cada día que pasa desmembraban y pulverizan más a la corporación.

Cuando llegó al puesto Ramírez Saldaña, dijo que si en 6 meses no había mejoras en la seguridad del municipio, él y su gente renunciarían. No cumplió con su palabra y tuvieron que pasar más de 10 meses para que presentara su Plan de Seguridad, no sin antes haber tenido un rechazo del mismo por plagio.

Y las cosas no empezaron bien y de un solo golpe quitó 11 comandantes que se encargaban de la seguridad de la ciudad, reemplazándolos por gente muy joven, sin trayectoria y sin experiencia. Pudo perfectamente hacer cambios graduales, pero el haber hecho un movimiento tan brusco lo único que logró fue que reinara el descontrol, el desorden y la indisciplina. Inició quitando gente sin tener un proyecto, sin estrategias, sin conocimiento de la ciudad y sus puntos conflictivos. Ramírez Saldaña no sabía nada de la plaza de León y corrió a los que estaban perfectamente capacitados para decirle como, donde, quien y cuando.

Con argumentos de que reprobaron el examen de confianza o que no eran “leales” a la corporación, ha ido eliminando a los policías con más experiencia y “colmillo”, lo que ha llevado que apenas en 10 meses, reine la indisciplina y elementos se han visto involucrados en violación a menores de edad, robos y hasta el asesinato de un joven.

Y eso no es todo, Edgar Osvaldo Jiménez Arcadia, Director de la Policía está haciendo una verdadera “cacería de brujas”, con la única consigna de dar de baja a los elementos más experimentados, pero que le resultan incómodos pues saben de León más que él. Y para eso utiliza a Jorge Guillen Rico, Director Operativo, que está haciendo uso de su puesto para cobrar antiguas rencillas personales y nombra jefes delegacionales a sus incondicionales, sin importar si tiene la capacidad para el cargo. Sobran historias de despidos injustificados de la policía de León, y el gerente de la ciudad no se ha dignado a investigar que está sucediendo, porque tan terrible clima laboral y sobre todo, porque tan malos resultados en materia de seguridad.

Y la descomposición abarca todas las áreas, solo es cuestión de ver las condiciones de las unidades automotrices, la falta de uniformes, botas, chalecos antibalas, toletes, escudos y armamento. Es lamentable las condiciones en las que laboran cientos de policías, pero eso sí, se les exigen resultados y buena presentación sino los arrestan o los mandan a cuidar casetas de vigilancia. Y obvio, del prometido aumento salarial no ha habido nada, bueno, ni las horas extras les están pagando o se las liquidan con meses de retraso.

El mal ambiente laboral se percibe en todos lados, como en la Dirección de Jueces calificadores, donde custodios, doctores, capturistas y auxiliares sufren de acoso laboral, malos tratos y unos sueldos bajísimos. Ni hablar del C-4, donde la directora hace uso de su puesto para venganzas personales, el 066 prácticamente está sin operar y las cámaras en su mayoría están desconectadas. ¿Trabajo de inteligencia? No tienen la más mínima idea de eso.

Una promesa del gerente de León Héctor López Santillana era que la seguridad sería una prioridad para su gobierno y con hechos está demostrando que no se ocupa ni preocupa de los malos resultados que hay hasta éste momento, pues en la Secretaría de Seguridad pública de León no hay liderazgo, rige el amiguismo y compadrazgo, insoportable clima de trabajo y una incertidumbre laboral que tiene a los elementos con miedo y sin ganas de traer la camiseta bien puesta, pues al contentillo de los jefes pueden ser despedidos sin justificación alguna.

López Santillana dijo que cuidaría a los leoneses como si fueran su familia, y pues viendo los resultados, si de esa forma protege a sus seres queridos, nada bueno pueden esperar los ciudadanos de a pie, que no tienen escoltas ni autos blindados.

El gerente de León ha fracaso estrepitosamente en brindar una seguridad aceptable a los ciudadanos que le confiaron el voto, y lo más triste, no reconoce el problema y no está dispuesto a hacer los cambios que urgen para que las cosas mejoren. Por lo tanto, los leoneses tendrán que cuidarse solos los próximos 2 años, porque de López Santillana no hay nada bueno que esperar, ni en el corto ni en el largo plazo, porque la seguridad nunca debió concesionarse a Alvar Cabeza de Vaca y se debió elegir perfiles para que ocuparan los altos cargos a gente que conociera la ciudad y que la tropa les reconociera liderazgo.

León se encuentra ya dentro de las 50 ciudades más inseguras del país, y esto es un “logro” de Héctor López Santillana, el llamado gerente de la ciudad, porque quien preside, está en Guanajuato capital.

La columna de mañana: “IMPULSO Social, un programa electorero de los años 50´s”

Adolfo Enríquez Vanderkam Activista, aficionado a la lectura, amante de León dispuesto a cambiar su historia y sus escenarios políticos, apasionado de la escritura y, por supuesto, seguidor del Rebaño Sagrado.

Adolfo Enríquez Vanderkam
Activista, aficionado a la lectura, amante de León dispuesto a cambiar su historia y sus escenarios políticos, apasionado de la escritura y, por supuesto, seguidor del Rebaño Sagrado.

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