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RENDIJA POLÍTICA

PRESIDENCIA DE LEÓN, MAL CLÍMA LABORAL

Por: Adolfo Enríquez Vanderkam 

Unos porque ya estaban, otros porque acaban de llegar, pero lo cierto es que la incertidumbre laboral está presente en la presidencia municipal de León, afectando la atención al público, la tramitología, la productividad del aparato burocrático y la eficiencia.

En los mandos medios y bajos de la nómina oficial, los trabajadores de la administración sienten, porque sus “jefes” así se los hacen saber, que nadie tiene su puesto seguro, que su despido pende de un hilo y no solo porque su desempeño no sea óptimo o por reiteradas faltas administrativas, sino porque ocupan espacios “para sus gentes”, utilizando el arma de una supuesta pérdida de confianza. Esta situación afecta a secretarias, recepcionistas, personal de ventanilla, telefonistas, offices boys y hasta gente de intendencia.

¿Quién podría desempeñarse a la máxima capacidad si a capricho del jefe y sin tener en cuenta cualidades, actitudes y experiencia, es despedida de un momento a otro sin más razón porque necesitan la plaza para un “conocido”? ¿Qué ganas habría de proponer ideas, hacer sugerencia o proyectar estrategias si no se tiene certidumbre laboral? No hay servicio civil de carrera y cada trienio se deben desembolsar cantidades millonarias para liquidaciones. Y mientras, los ciudadanos pagan con mala atención el tiempo que dura la curva de aprendizaje.

Lo más lamentable de ésta situación es que los mandos medios y bajos son los de la “talacha”, los que atienden a los ciudadanos, los que dan la cara y cada tres años y con mayor frecuencia, los políticos ya “perrean” también hasta esos modestos puestos con pequeños salarios.

Luego vienen los Secretarios, Directores Generales y Directores de Área, que es comprensible sean ocupados por personal de confianza del presidente en turno, pero ¿No podría ser gente con trayectoria y experiencia en el cargo que se les asigna? ¿Es mucho pedir que se dé preferencia a gente del municipio? ¿Sería molestia exigir que se conduzcan con sencillez y educación? La administración de López Santillana ha colocado en puestos estratégicos muchas personas de otros municipios que no conocen la ciudad ni tampoco los problemas de más urgente atención…y que lo que les sobra es soberbia.

El alcalde de León viene de la Secretaría de Desarrollo Económico Sustentable del Estado y de ahí se trajo a toda su “tropa”, y estamos viendo que no estaban preparados para los retos que una ciudad como León tiene. Cuando López Santillana ganó la elección, invitó a que enviaran currículas los interesados a participar en su administración y fueron cientos los que se apuntaron y no se sabe que por lo menos uno haya sido tomado en consideración. La verdad es que colocó a sus amigos y conocidos en los puestos más importantes, y está bien, es su derecho, pero ¿Para qué hizo ilusionarse a cientos de profesionistas cuándo ni siquiera leyeron sus hojas de vida? Ojalá que por lo menos hayan reciclado las miles de hojas con currículas que quedaron guardadas en un cajón.

Mención aparte merece la Secretaría de Seguridad Pública, donde sí de plano la designación de Luis Enrique Ramírez Saldaña y Edgar Osvaldo Jiménez Arcadia fue un error, primero, porque no conocen el municipio y segundo, porque los elementos no les sienten liderazgo. Podríamos creer que se les eligió por una destacada labor e historias de éxito donde habían laborado, pero tampoco estamos en ese supuesto. ¿Qué pasa en la corporación? ¿Por qué la policía no es la de antes? ¿Por qué los elementos no traen la “camiseta puesta”? Fácil respuesta: Porque están mal dirigidos, mal comandados, malos tratos, excesiva carga de trabajo, mal equipo, bajos sueldos y más delicado aún, incertidumbre laboral.

¿Qué policía va dar todo y se empeñara hasta con su vida por realizar su labor si con el simple argumento de pérdida de confianza es dado de baja sin más explicaciones y sin considerar si su expediente está limpio o no? ¿Cómo va desempeñarse al cien por ciento si con una prueba de polígrafo le echan de la corporación y ni siquiera los resultados de dicha prueba le enseñan?

Pues así la cosas, tenemos trabajadores con incertidumbre laboral, secretarios, directores generales y de área que se sienten virreyes y un alcalde que se subió a un pedestal muy alto y desde allá quiere resolver los problemas, sin contagiar a sus subordinados con compromiso de servicio, creatividad, honestidad y eficiencia. López Santillana quiere manejar su administración como si fuera una empresa y ni siquiera reconoce a sus empleados como el activo más importante.

En la administración de Bárbara Botello se vivió un clima laboral nefasto, donde chimes y envidias era el pan de cada día. Pues las cosas no han cambiado mucho, pues la gente que metió Héctor López Santillana en los principales puestos han mostrado no tener sensibilidad, usan su jerarquía para amedrentar a sus subordinados y eso se vive en casi todas las dependencias de presidencia municipal. Mientras no haya empleados que se sientan seguros con su trabajo, que se les reconozca y premie su honestidad, puntualidad, disposición, aportaciones para innovar o mejorar procesos, el gobierno no dará resultados. Mientras exista incertidumbre laboral, que al contentillo del jefe los empleados sean despedidos las cosas no van a funcionar.

Si la cuadratura del “gerente” de León Héctor López Santillana lo está llevando a manejar presidencia municipal como si fuera una empresa, pues un buen inicio sería reconocer a sus empleados como el activo más importante, dar certidumbre laboral, donde la permanencia en el puesto sea la capacidad y productividad, y no como ahora, que se maneja el amiguismo y compadrazgo, no importando si cumples el perfil para un cargo, mientras seas “consentido” del Presidente, Secretarios o Directores Generales. ¿Dónde quedó el humanismo y el respeto a la dignidad de la persona? Lamentablemente, solo fue discurso de campaña, la realidad es otra y muy diferente.

Adolfo Enríquez Vanderkam Activista, aficionado a la lectura, amante de León dispuesto a cambiar su historia y sus escenarios políticos, apasionado de la escritura y, por supuesto, seguidor del Rebaño Sagrado.

Adolfo Enríquez Vanderkam: Activista, aficionado a la lectura, amante de León dispuesto a cambiar su historia y sus escenarios políticos, apasionado de la escritura y, por supuesto, seguidor del Rebaño Sagrado.

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