Punto In

ROMPIENDO HOCICOS / por: Gerardo Mares

La palabra duelo en su acepción de enfrentamiento, ha pasado a formar parte del imaginario deportivo, más concretamente, de la cultura del futbol.

Pero en su significación cinematográfica, el concepto inmediatamente alude a las películas de vaqueros, a la pelea entre dos oponentes de enemistad declarada cuyo único desenlace posible es el sometimiento o la muerte.

El cine de acción, descendiente directo del Western, ha colaborado a engrandecer esta mitología a través de la recreación de toda clase de desafíos; secuencias audiovisuales que podrían sobrevivir por sí solas, al paso del tiempo, al margen de las obras o del medio de donde provienen. Este es un pequeño homenaje evocativo.

Once Upon a Time in the West (Sergio Leone. 1968).

La quintaesencia del Spaguetti Western, con la barroca y excesiva música de Ennio Morricone que le confiere al filme una textura y sentimiento a la altura de un relato trágico, una ópera con balas como proclamó don José de la Colina al final de una proyección. El duelo previo de gestos y miradas captados en close ups, contagia de una considerable tensión e inquietud a los espectadores. El manejo del espacio fílmico y la dilatación del tiempo, un ejemplo en la elaboración de dos conceptos que pocos directores pueden presumir o dominar.

Rocky IV (Sylvester Stallone.1985). Olvídense de Toro Salvaje y de las peleas previas de Rocky; otra victoria como ésta y que manden a terapia intensiva al buen Rocko. Toda la secuencia de más de diez minutos de duración, es una especie de martirologio pugilístico que se disfruta por el descarado mensaje reaccionario y chauvinista que le imprime el director. Claro, ya condicionados a que el malévolo Iván Drago en algún momento besará la lona gracias a un uppercut de último suspiro del célebre boxeador ficticio e inspirado en la leyenda del real Rocky Marciano. Un gozo ver el rostro maniqueo de Mijaíl Gorbachov entre la Nomenklatura del partido comunista, tenuemente iluminado, por supuesto; no vaya a ser que exija las regalías correspondientes. La secuencia está divida en two parts… ni modo.

http://www.youtube.com/watch?v=eLPprtgroQY

http://www.youtube.com/watch?v=hOv6rcAgjqk&feature=relmfu

Godzilla vs Mechagodzilla (Jun Fukuda. 1974) Titulada en nuestro país como Mechanic contra Godzilla, debo empezar por ofrecer una disculpa: el clip seleccionado muestra una considerable adulteración, ya que estos productores piratas sustituyeron la banda sonora del filme por una rola alternativa medio chafona. Pero es importante señalar que esta secuencia presenta una de las pocas madrizas recibidas por el célebre personaje de hule, llegando incluso a sufrir considerables heridas con hemorragia sanguínea incluida; un monstruo más acostumbrado a destruir las ciudades del hermoso país del lejano oriente a su antojo, poner de rodillas a la cúpula militar nipona y arrasar con toda la mitología de seres colosales, creaturas creadas alrededor de su sombra. Estas cintas fueron proyectadas en el desaparecido cine Américas en funciones de matinée. Como las añoro.

Dos Tipos de Cuidado (Ismael Rodríguez. 1953) Jorge Negrete contra Pedro Infante, el duelo anhelado por el público mexicano que no llegó a las manos en su vertiente ficticia, pero que se recreó con un escarceo y de los cantaditos como ya no se dan; a menos que sea de rap con su vulgaridad militante. Creo que de hecho, es el único en su tipo con esa fuerza, esa fina ironía y ese humor sarcástico autóctono, escena copiada o plagiada con menor porte en varios churros posteriores. El mérito corresponde en su mayor parte a las coplas obra de la pluma de Pedro de Urdimalas, el mejor dialoguista que ha conocido el cine mexicano en toda su historia. Aunque la secuencia no evita cierta parcialidad a favor de Negrete para complacer su desbocada megalomanía, yo me quedo con el más simpático de Pedrito Malo.

Las momias de Guanajuato (Federico Curiel. 1970)

Generalmente retratados como héroes invencibles o de cualidades casi invulnerables, los luchadores Blue Demon y Mil Máscaras tienen que hacer frente a un titipuchal de momias que asolan las calles de la ciudad de Guanajuato; seres sobrenaturales que se dan gusto rompiéndoles la jeta en más de una ocasión. La secuencia del asedio sobrenatural en el departamento del Pingüino, iluminada con una luz mortecina, sobresaliente. A revalorar la música de Gustavo César Carreón que engalana el insólito desafío.

http://www.youtube.com/watch?v=NspY2xwt1YE

Loco por Mary (Farrely Brothers. 1998)

La más breve de las secuencias, aunque bien podría ser definida como el hombre contra una fuerza de la naturaleza. Claro en algo ayuda al pequeño can, el reprochable dopaje llevado a cabo por el detective Pat Healy (Matt Dillon) preocupado por despacharse de la manera menos incriminatoria posible, a su rival en amores. La pelea homenajea y hace mofa a la lucha libre y sobre todo, a los mañosos recursos utilizados para hacer daño al contrario. De la preocupación de las féminas por la integridad de los gumaros de Ben Stiller, mejor ni comentamos. Lamento mucho la calidad del video, pero las mezquinas productoras de cine que no dejan de fregar, obligan a retirar sus contenidos del tubo catódico.

http://www.youtube.com/watch?v=ICUaR8ZvXr4

Oldboy (Chan-wook Park. 2003)

Esta lista bien pudo haberse confeccionado con puras secuencias del cine de acción asiático, que para nuestra desgracia, llega a cuenta gotas a las pantallas de León. Excesiva y contenida a la vez; contenida porque se evita la exposición de elementos sanguinolentos y excesiva porque rompe a su antojo la delimitación espacial para registrar en full shot la acción pendenciera que le otorga una sensación de frialdad teatral casi en segundo plano. Todo ello en un intenso travelling que muestra las virtudes de una batalla perfectamente coreografiada, de la que son amos y señores los buenos realizadores de la región. Por supuesto el código de uno contra uno, brilla por su ausencia.

Padre de familia (Seth MacFarlane)

Peter Griffin contra un Pollo Gigante. El nacimiento de una enemistad que ha roto cualquier sentido de la medida y convertido en un chiquero la ciudad de Quahog por una violencia desatada como pocas. Un enfrentamiento épico a la altura de la tradición griega, un duelo que se salda con la muerte… hasta el próximo episodio. Llena de gags ocurrentes y otros tremendamente babosos, lo que nadie pone en duda es la hilaridad de las secuencias y su ánimo destructivo, en todos los sentidos, aquí llevado al extremo.

Telépatas, Mentes Destructoras (David Cronenberg. 1982).

El imaginario fantástico contribuye a esta lista con una secuencia delirante; el enfrentamiento entre dos poderosos telépatas que tratan de secarse el cerebro mutuamente. Y que además, para mayor morbo, son hermanos. Retomando el conflicto bíblico de Caín y Abel, el realizador canadiense crea una secuencia maestra, excesiva, llena de manierismos, muecas y efectos especiales al por mayor, colaboración del experto en maquillaje y efectos especiales Dick Smith. Por supuesto no se puede entender la fuerza de esta ficción sin la música de Howard Shore, cómplice de aventuras de Cronenberg y de la banda sonora en general.

http://www.youtube.com/watch?v=QD1NeuADd-s

El Regreso del Dragón (Bruce Lee. 1972).

Rodada en el marco del bello Coliseo Romano ilustrado de una manera tan plana que le otorga cierto aire de falsificación, la secuencia de acción marcial sigue quitando el aliento a más de un espectador, donde cosa rara en el género, se aprecia con un detallismo casi enfermizo el resultado de los golpes y patadas en los rostros llenos de hematomas y sangre coagulada entre los dos contrincantes. El puro calentamiento muscular ya es para producir ñañaras con el tronido de la osamenta del flaco Lee y el pasadito de peso e hirsuto Norris. La elegancia de la acción más el salvajismo de los golpes, insinúa la cercanía de la parca para cargarse a alguno de los implicados. Calificada por los fanáticos de quien sabe donde como la pelea del siglo. A lo mejor no están tan errados.

Este fue pues, un pequeño ejercicio de retrospectiva, un gustillo de cinéfilo para compartir; por supuesto

que la mejor opinión y su propia selección la tendrá usted, estimado lector…

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