SAO PAULO, Brasil.- De que hubo desmadre, hubo desmadre. Mientras la banda carioca promedio se daba de topes contra la pared por la inauguración del mundial, Brasil le puso fuego a la Copa del Mundo y se impuso a Croacia por marcador de 3 goles a 1 luego de ir perdiendo por 1 a 0.

Lo chido, y que ciertamente encendió la justa mundialista es que la verde amarela inició perdiendo el encuentro gracias a que Marcelo, el terror de las piernas rivales, se puso YOLO y metió la pelota en su propia meta.

Aprovechando las circunstancias, los croatas se pusieron loquillos y terminaron por dominar parcialmente la primera mitad dado que el marcador estaba a su favor; Sin embargo, antes de la conclusión de la primera mitad, la esperanza carioca, el mismísimo Neymar se sacó el calcetinazo de oro y metió la pelota en el único rincón inalcanzable para el gigante arquero Pletikosa.

Y es que la neta los cariocas habían dejado ir un par de chances mientras que los europeos nomás no veían la suya.

Para el complemento, el duelo entró en una pausa loquilla donde la pelota se dividía y nomás nadie se animaba a armar el wateke perrón. Lo cierto es que, mientras más pasaba el tiempo, Brasil iba haciendo menos a los visitantes que neta, no se achicaron ante el escenario repleto de 60 mil personas bien gritonas que andaban chidos.

Pero la neta no es mundial si no hay controversia, no se siente lo mismo. Y es que justo cuando Brasil más le estaba batallando para pararse en la cancha, el japonés  Yuichi Nishimura señaló un penal muy dudoso que finalmente fue transformado en gol por el Neymar.

Ya cuando los hinchas loquillos se iban a sus casas para sortear las manifestaciones durante un par de horas, Oscar aprovechó un desborde para marcar el tercer tanto de la noche con otro disparo de larga distancia que otra vez no pudo ser detenido por Pletikosa.