La sede nacional del PAN lució vacía, pues a diferencia de otros años, los simpatizantes panistas no acudieron a la casa de su partido a esperar los resultados de las elecciones.

Al edificio sólo se vio llegar a los pesados de Acción Nacional, como el ex líder Luis Felipe Bravo Mena, que pasó muy serio, sin pararse a hablar con los medios, que eran los únicos que de momento ocupaban el lugar. Dos fotos tamaño jumbo y una pantalla con imágenes de la dama ruda de la contienda no lograban alegrar el vacío salón Manuel Gómez Morín, al que no han querido entrar los invitados, y en el que se espera que la doña Chepina tire algún rollo a las 10 de la noche.