25 de Agosto de 1975, “Bruce Springsteen and the E Street Band” (el nombre completo de la banda de Bruce) sacan un nuevo álbum; esto es tras un año de preparación para su tercer disco, disco con el que pudiesen calmar a los directivos de Columbia records, que si bien sabían de la calidad de Bruce y la banda, seguían esperando ese mega-éxito. Los anteriores trabajos de la banda si bien fueron un éxito con la crítica, no con las ventas, y pues tratándose de una disquera, el hambre de billete es más grande que el de la calidad.

Eso llegó con Born To Run, calla por completo las exigencias de la disquera, y hace constatar que Bruce Springsteen es la voz del Rock’n Roll con uno de los mejores discos de la historia del género.

Comprender el impacto de Born To Run es simple: llega en una época desesperanzadora en la sociedad Estadounidense  donde los jóvenes no saben qué hacer de su vida y encima de ello la sociedad los odia, este disco representa una fuga para toda esta presión, y no sólo para la sociedad de esta nación, me parece que el mensaje realista y ciego de amor de Born to Run le pega a cualquiera, sobre todo si la primera vez que escuchaste el disco fue en sus años de rebeldía e inconformidad, como a mí me pasó.

Claro, no tenemos el porte ni apariencia de James Dean, y seguramente mis problemas resultaban nimiedades para otros, pero los conflictos de mi vida por más estúpidos que fuesen invadían cada centímetro de mi persona: repruebas, tus amigos no te buscan, te sientes desolado, intentas estudiar de nuevo pero nadie te toma en cuenta, eres la burla. Mi cabeza no me dejaba pensar tranquilo y fue gracias a este disco que encontré una calma, una persona describía sus vivencias de una forma muy agradable, sin necesidad de ser violento; no tengo nada en contra de la música que violenta y expresa esta ira, pero simplemente me llegó más la forma de Bruce comparado a otros.

Describiré cada una de las canciones, porque “Born to Run” es de esos ejemplos particulares en la historia de la música en donde cada canción resalta y no hay ninguna que no agrade, haciéndolo un disco perfecto:

“Thunder Road” abre el viaje auditivo con una armónica que se vuelve la voz de “The Boss” y nos habla de una pareja que tiene miedo, miedo a saber qué harán, a la época -una Vietnam asediaba esos tiempos- y sobre un amor puro y honesto “So you’re scared and you’re thinking that maybe we ain’t that young anymore Show a little faith there’s magic in the night You ain’t a beauty but hey you’re alright oh and that’s alright with me” refleja un amor realista y hermoso, sin necesidad de exaltar o embobar, y donde tu única ruta de escape es sentir el aire golpear tu rostro a toda velocidad en tu auto… sentirte vivo.

“Tenth Avenue Freeze Out” se volvió esencial para la banda en sus giras. Con un estilo blues nos narra la reunión entre Bruce y Clarence, destinados a formar una banda y disfrutar del éxito; de un corte animoso, resulta melancólico pensar que esta canción no es lo mismo sin el “Big Man” y su saxofón.

“Night” nos trae sujetos que no aman sus labores, son esclavos del sistema, pero sólo están esperando la hora de salida del trabajo para enfocarse en lo que aman, carreras y mujeres, banal pero satisfactorio.

“Backstreets” es otra de las joyas del álbum, Bruce a manera de narrador nos cuenta de su amistad con Terry, y que cuando eran unos jóvenes se paseaban por Nueva Jersey, estos lugares de pobreza y desoladores fueron escenarios de una gran amistad, y que al final termina resquebrajándose. Esta amistad acaba y se puede deducir por dos razones: la primera es por ser de clases sociales o ideales diferentes, Bruce ha crecido y con ello Terry tiene que irse. La otra posibilidad y la que genera un interesante debate, es analizar si Bruce y Terry fueron más que amigos, un amor especial y exploratorio, hay muchas pistas que señalan esto y lo sea o no, es una canción bastante sensible y que describe un momento que todos hemos pasado. El camino recorrido de tu vida a veces involucra estar sólo y al voltear para ver el trayecto ves que ciertos caminos y personas ya no están.

“Born to Run” es la última esperanza de Springsteen frente a una disquera ansiosa de éxito comercial, es la explosión que lo catapultó como leyenda y la canción -muy similar a Thunder Road- trata a Bruce y a una enamorada llamada Wendy a ir a toda velocidad por la autopista en una motocicleta, la oda al viaje y hacia el amor que tiene por Wendy se entrelazan de manera estruendosa y emocionante, hacen que uno quiera tener un amor y una aventura similar, donde las apuestas de la vida son de vida y muerte mientras uno disfruta el viaje.

“She’s the one” es otra oda de amor, uno la puede ver como una sucesora de Born to Run en la que tras la valiente aventura de escaparse con el amor de su vida le queda claro -por el momento- de que ella en efecto, es la indicada.

“Meeting Across the River” es la penúltima canción, y a partir de este momento las letras toman un lado más serio y triste. Es la historia de un ladrón de poca monta que está a punto de cometer un gran robo de $2000 dólares, le cuenta su plan a un amigo que tiene auto y notas la esperanza del ladrón de que este robo sea uno de los grandes, a pesar de que la cantidad sea minúscula. llega al alma saber que un hombre desesperado y simpático se arriesgue la vida sin contar siquiera con un arma en su bolsillo.

Y “Jungleland” la canción con la que termina el álbum, una oda de 9 minutos con 34 segundos y mi canción favorita de toda la discografía del hijo pródigo de New Jersey. Con una introducción de violín, nos relata el violento día a día de esta ciudad, mientras una historia de amor surge entre “La Rata” y “La chica descalza”. Tienes el mejor trabajo de Clemons con un solo de saxofón que siempre que escucho me deja la piel de gallina. Tras un amor fugaz en un motel de estos dos personajes sigue la vida, de manera inesperada la muerte se encuentra con uno de los personajes y nadie le llora, nadie supo qué fue de él, solamente resta pensar en el mañana de manera egoísta. La canción al final se lamenta la apatía de estos “poetas” que contemplan el horror y la tragedia de esta ciudad y quedan callados ante la situación

Born to Run es un reflejo de lo que Bruce Springsteen vivió, es optimista y agradable saber que el sujeto pasaría a la historia como un ícono no sólo de la música, sino de la propia ciudad que en miles de ocasiones trató de engullirlo con su pobreza, drogas, y violencia. A 40 años sigue emocionando, inspirando, y enseñando que venimos a esta vida a correr, que nadie nos detiene.

 

 

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