Ayer asistí al cine para ver la nueva entrega de rápido y furioso, pasaron cosas interesantes desde el momento en el que llegué; la primera era que el cine estaba atiborrado de un mar de gente, cosa que llevaba sin ver en mucho tiempo. La gente que con anhelo esperaba formada para ver la nueva entrega de rápido y furioso era de todo, una gama social interesante y que de nuevo, llevaba tiempo sin ver. Tenías hasta una familia entera con todo y los abuelos listos para ver explosiones y carros.

Esta conglomeración de personas siempre sufre el típico repudio ante sus gustos. Nunca falta el sujeto que exclama el “aish” y el “¡esa franquicia está matando al cine!” cada que termino hablando del tema.

No mentiré, es una franquicia muy estúpida… y esta no es la excepción, parece que cada entrega de la saga apuestan por poner toda la estupidez en el asador y generar momentos que van acompañados de un “no mames” excepcional. Sin embargo, por más estúpida que sea la situación, y si vas con la mentalidad de que estarás ante un festival donde la lógica se apaga, te encuentras con un momento “badass” en cada minuto de la película.Es por ello que, aunque no sea un fanático incondicional de la franquicia, siempre me han parecido entretenidas, además, el que esté libre de pecado con no adorar algo estúpido, que tire la primera piedra.

Claro que fui a esta reunión de fanáticos y en el aíre se transpiraba el morbo: ¿qué le harán al fallecido Paul Walker? quizás sería la última entrega y todo mundo lo sabía.

La película transcurre poco después de la anterior entrega, con un Deckard Shaw (Jason Statham) jurando venganza sobre aquellos que lisiaron a su hermano, en su búsqueda de venganza, logra dar con Han (Sun Kang) en Tokyo, y tras asesinarlo marca a Toretto (Vin Diesel) para darle a conocer que está en busca de todo su equipo… además de hacer explotar su casa. Lo que sigue es el equipo tratando de buscar a Deckard mientras ayudan a una agencia especial a localizar una hacker llamada Ramsey, la cual tiene una tecnología llamada “El ojo de Dios” capaz de detectar en poco tiempo un determinado objetivo a través de las cámaras de vigilancia y teléfonos celulares.

La acción de Rápido y Furioso 7 es cumplidora; sea una pelea mano a mano, o una secuencia de automóviles, dejan a uno con un frenesí muy bien logrado. Reitero, debes apagar tu cerebro para aceptar la idea de que un automóvil salte 3 edificios o que tengan una misión de paracaídas, con autos. La coreografía automovilística de esta entrega no está a la par de las pasadas (esa persecución de Brazil creo que será insuperable) pero no son tan confusas como una copia barata de Bourne.

Me sorprende ver que la dirección de James Wan se mantiene en automático por un gran tiempo, es decir, que no agrega algo novedoso a la saga. Con todo y los elementos que nunca les he encontrado gracia, como la interacción de Roman Pierce (Tyrese Gibson) y Tej Parker (Ludacris) que parecen remarcar lo negros que son y chistes malos de vez en cuando. Ni siquiera en los autos aparece uno tan emblemático  y llamativo como el Daytona de la anterior. O la forma en como las películas retratan a las mujeres que aparentemente no tienen cara, sólo culo.

 

95% de las tomas femeninas son así.

95% de las tomas femeninas son así.

 

Para aquellos que se lo preguntan, sí, aparece en su mayoría Paul Walker, pero su personaje de Brian O’Conner nunca me ha parecido interesante, sólo está para mover la trama, no tiene mucha personalidad, ni carisma, ni mucho menos presencia física. En esta ocasión hay momentos interesantes en el que vemos como se acostumbra a la vida familiar después de años de acción, eso es lo que le pesa, pero no es muy explotado, aparece más como melancolía, y hay escenas donde se siente más como una especie de chantaje emocional que como aspecto importante de la película.

Vin Diesel es Toretto, un hombre con la voz rasposa y amantes de las Coronas (en quizás el promocional más estúpido de la historia), pero tiene un carisma que no se le puede negar, contrario a lo que todos los demás pensaban, me parece que la saga hubiese tenido un golpe más duro si este no apareciera en las películas que Paul Walker. Y Dwayne Johnson, o como siempre lo he conocido “La Roca” es como Mcbane, el musculoso invencible de los Simpsons que aparecía en la tele, lleno de “one liners” y la suficiente testosterona como para abastecer  un planeta entero.

 

El único capaz de salir del hospital y partir madres a diestra y siniestra.

El único capaz de salir del hospital y partir madres a diestra y siniestra.

 

Lo sorprendente de la película, llega al final. En una secuencia sentimental vemos el adiós definitivo, de manera metafórica es la despedida de un hombre a su mejor amigo. Me pareció extraño ver un momento así en una película de esta calaña, pero lo más interesante vino después, pues esto me dejó pensando en qué tanto impacto tendría en la gente.

Nunca en mi vida esperé ver a un cholo saliendo de un cine con una mirada de reflexión y los ojos vidriosos, y no era el único. Familias salían con una calma en sus rostros, mujeres lagrimeando, sujetos que iban con sus amigos abrazados. No era un momento de tristeza, sino de… de dejar las cosas ir, de seguir con la vida y despedirse de uno de sus personajes favoritos.

Querido lector, quizás no comprendas el fenómeno de estas películas, ni yo tampoco… pero pensar que una película de este género haga mover sentimientos a las personas es algo que nunca había pensado ver, nunca pensé que la gente fuese sensible, y no lo escondieran.

¿Es excelente? no creo, lástima a Vin Diesel que quiere que esté contemplada en los premios de la academia, pero creo entender el porqué de su lógica tan bizarra, es un proyecto enteramente pasional

¿Divierte? definitivamente, pero creo que me quedo más con el fenómeno de ayer. Lo que sucedió fue algo que me hace pensar en los alcances del cine en las vidas de la gente común. Y estamos hablando de una película con traseros, coches, músculos, y momentos ridículos, eso es enigmático.

 

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