Nuestra fascinación por los villanos es natural. Existe desde que el ser humano inventó historias, después de todo, debe de existir una entidad o ser que se oponga a los deseos de un héroe, para hacerle su vida imposible, ser su némesis, o simplemente verlo gozar de la maldad.

Esta última situación provoca una curiosidad mórbida y hace que los tengamos entre nuestros personajes favoritos. En el mundo de la literatura hay un gran número de villanos que son increíbles, pero decir que los comics se quedan cortos con estos personajes es una falacia.

El Guasón (o El Joker) es el ejemplo perfecto de un villano que ha tenido impacto masivo en la cultura moderna. Desde su aparición en ese 25 de Abril de 1940 con la primera aventura de Batman, el mundo sabía que había encontrado un pilar de lo villanezco. El personaje ha evolucionado a la par de Batman, y ha pasado por muchas etapas, unas con más cariño que otras, dando el curioso fenómeno de incluso ser más reverenciado que al propio Batman; por ejemplo: hay gente que no tolera la versión de Adam West, pero sí la del payaso de esta serie de televisión.

Brian Azzarello es un autor de comics, que reinventó al némesis del último hijo de Krypton en “Lex Luthor Man of Steel” (DC Comics, 2005). Tras esta serie especial de números (centrada en un universo alterno, podríamos decirle el Azzarelloverse), se encargó en esta ocasión de reinterpretar al némesis de Batman, resultando en un trabajo escandaloso, que divide audiencias y es interesante de leer.

Johnny Frost es un ex convicto que acaba de salir de prisión por quinta ocasión, esta es la última vez que piensa volver a prisión, pero sigue laborando en el mundo criminal, un día decide tomar el encargo de recoger a un paciente del Asilo Arkham, este paciente resulta ser nada más ni nada menos que El Guasón. El Guasón ha salido del asilo mental asegurando que no está loco, y funcionó; así vemos como Frost comienza a tener una relación cercana con el payaso, y darse cuenta de cómo es en realidad.

 

Volviéndose su discípulo en el proceso.

Discípulo al principio, víctima hacia el final.

 

La novela gráfica presenta un ejercicio similar al trabajo pasado del dúo Azzarello/Bermejo en su personaje principal un sujeto que poco a poco comienza a revelarse como es, en esta ocasión, usando la carta del auténtico psicópata que que se ha ganado el respeto y cariño de sus cercanos; “es sólo un payaso, a veces está loco” es lo que piensan, pero el Guasón va empujando los límites de lo que está haciendo, al grado de llegar a un punto absoluto de manía y violencia que no tiene justificación, y nos ha arrastrado para ser testigos de esto.

Nosotros como fanáticos del payaso solemos olvidar que es en realidad un peligro, una amenaza con pies e ideas creativas para el mal; suavizamos las cosas al decir que es complejo, y un psicópata (y lo es), sin saber el impacto de estas palabras… pocas veces se ha mostrado al personaje tan enfermo y aterrador.

 

Azzarello crea una versión insegura del Guasón, donde como de costumbre todo lo hace por Batman y su escarmiento.

Azzarello crea una versión insegura del Guasón, donde como de costumbre todo lo hace por Batman y su escarmiento.

 

Este mundo de Azzarello es un mundo alterno, así que renegar de que no es parecido al personaje tradicional no tiene mucha cabida. Se permite explorar diversos elementos con los personajes del universo de DC; así vemos una versión “Azzarellesca” de varios personajes, muchos de los cuales, son de mis villanos favoritos del caballero de la noche. Quizás el único inconveniente que tengo sea con el arte de Bermejo.

Bermejo es un artista que siempre me emociona al verlo en un cómic; con afinidad a las tramas oscuras y de crimen, captura muy bien esta esencia en sus dos estilos de ilustración, la primera con un tono semi realista, y la segunda con un uso de sombras poligonales. En esta ocasión, hay una mayor afinidad por los trazos de sombras sin curvas que puede que resulte extraño cuando hay pocos segmentos con el primer trazo, generando confusión al cambio en esta ocasión tan brusco de arte.

 

Si te parece similar al diseño que presenta el personaje en "The Dark Knight", te sorprenderá saber que este trabajo fue primero.

Si te parece similar al diseño que presenta el personaje en “The Dark Knight”, te sorprenderá saber que este trabajo fue primero.

 

Al final, Joker de Azzarello existe, y genera controversia, no apto para aquellos que buscan un final satisfactorio (ni para niños, no es muy amable que digamos), pero de cierta manera es un mundo alterno donde vemos un sujeto de cicatrices horrendas y con afinidad por la violencia pasar frente a nosotros, y tenemos miedo de esa posibilidad.

 

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