Cuando pienso en Luc Besson, me es imposible no recordar películas que en mi infancia me marcaron, como “El gran azul”(1988) , “Nikita” (1990), “El perfecto asesino” (1994) y por supuesto “El quinto elemento” (1997); esta última, sigue sin convencerme del todo, pero las anteriores me fascinaron, sobre todo El gran azul.

Besson era de esos directores que te atraía de manera visual, lo cuál hacía que tuviese un estilo muy diferente y marcado, muchas veces me quedo pensando en qué sería si Luc hubiese dirigido una adaptación de comic en la pantalla grande -esas incógnitas que nadie más tiene-.

Entonces ¿Por qué estuvo tanto tiempo fuera del radar?

Lucy parece ser su “regreso triunfal”, lo cierto es que no ha dejado de dirigir y producir, solamente no había tenido el suficiente apoyo de una productora de peso. Su anterior película “The Lady”, desconozco si haya llegado ya ni a la ciudad, sino al país. Así que Luc Besson “regresa” ¿Qué tal?

Lucy (Scarlett Johansson) es una mujer sin muchas preocupaciones que está viviendo en Taiwán, allá conoce a un hombre de apariencia tosca y ha estado llevando una relación con él, este sujeto de pronto, esposa a Lucy con un maletín plateado, y le dice que vaya a un hotel a preguntar por un tal Mr. Jang. Ella va, pregunta en la recepción por el tal Jang, y de inmediato es recibida por matones, en la mente de Lucy, se han de pasar mil cosas que le vayan a suceder.

Al llegar a la habitación, conoce a Mr. Jang (Choi Min-sik) quién le obliga a abrir el maletín que tiene esposado en la mano, al abrirlo se da cuenta de que es un polvo blanco: Lucy se ha metido en un problema de narcotráfico. Tras una operación donde le introducen el paquete en su cuerpo, se da cuenta de que no es la única con este problema. Varios sujetos han sido seleccionados y servirán para llevar dicha droga a varias partes del mundo…droga que hasta el momento desconocemos qué hace.

Pero esta duda se nos disipa cuando a Lucy, tras un abuso físico por parte de sus captores, rompe el paquete que tiene en su cuerpo. Esta droga, hace que su capacidad cerebral se aumente, y sus reflejos se agilicen. Con habilidades más allá de lo humanamente posibles, decide ir a buscar ayuda con el profesor Norman (Morgan Freeman) experto en la evolución y creador de teorías sobre las capacidades humanas basadas en el 10%.

Luc Besson escribe y dirige esta película que trata de ser acción y ciencia ficción, sin lograr un balance como anteriormente lo había logrado. Usando como elemento principal de la trama el mito de que usamos el 10% de nuestro cerebro, construye una película que va un poco más allá de lo convencional. Yo esperaba mucha acción y balas por doquier, pero toma un rumbo interesante con Lucy, quién poco a poco va evolucionando perdiendo el alma en el proceso y llegando a un acercamiento de ser perfecto. Besson juega más con esta idea, y lo hace de la mejor manera posible: apantallándonos visualmente; todo el recorrido final de Lucy es una escena que me rememoró a aquel viaje existencial de Terrence Malick y su “Arbol de la vida” (2011). Es sin dudas el “highlight” de la película.

Scarlett Johansson ha demostrado que puede actuar, y en esta película presenta un personaje insoportable y soso al principio de manera intencionada, para después volverse un “robot” tanto en lo  que hace como hasta en su tono de voz; sigo pensando si la gente cuando menciona robot, piensa en una voz sin sentimientos y fría. Destaco la llamada que tiene con su madre, es el momento de mejor drama en la película, antes de volverse robotina.

Me sorprendí al ver que Choi Min-sik apareciera en la película, y como el villano; muchos lo recordarán como Oh Dae -su de “OldBoy” (Park, Chan-wook, 2003) y en “I Saw the Devil” (Kim Ji-woon, 2010) hizo el papel de un asesino serial bastante memorable. En Lucy, es muy desaprovechado, es como un Norman Stansfield muy rebajado, sin momentos “over the top” como los villanos que comúnmente en las películas de Besson…también se afana de ser el segundo mejor villano que escribe, lo cuál no concuerdo, pero quién soy yo para decirle que no a las palabras de Besson.

 

Por otro lado, tiene una elegancia y aire "cool"digna de los villanos Bond.

Por otro lado, tiene una elegancia y aire “cool”digna de los villanos Bond.

 

Y Morgan Freeman, que no hace más que darnos una cátedra sobre el ser humano y el paso evolutivo, funciona por la inconfundible voz del actor y su capacidad de narrar cualquier cosa; podría narrar cómo se hacen los sandwiches de mantequilla de maní con jalea y sonar impecable. Es el David Attenborough de nuestra generación.

 

Ya lo comprobó con "What does the fox says", puede narrar TODO.

Ya lo comprobó con “What does the fox says”, puede narrar TODO.

 

La película cojea en cuanto a personajes y trama ¿Qué la salva? bueno, estos problemas son evidentes…pero la película lleva un ritmo y estilo visual muy bueno y frenético. Comparar a Lucy y su problema con una gazela siendo acechada, o mientras sucede su secuestro, tener las mini cátedras del profesor Norman (igual con imágenes que representan su plática, no es verlo parado platicar) hacen que la película nunca aburra.

Esperaba menos de Lucy, quizás por eso salí algo complacido de la sala de cine. Tiene sus problemas, pero nunca son demasiado molestos, si uno está dispuesto a dejarse llevar por algo de la idea que presenta Besson y el atractivo visual (de Johansson y de la película), uno puede pasar un buen rato. Ojalá y el director francés no desaparezca mucho tiempo de nuevo, a pesar de no ser su regreso triunfal, demuestra que la audiencia no ha olvidado a uno de los realizadores más importantes de hace dos décadas.

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