Es un hecho, nuestros pasatiempos son el reflejo de lo que somos. Pero si vemos de  una manera más profunda, nos encontraremos que muchas de las veces dicen algo de nosotros que no nos atrevemos a vociferar. esto es lo que llamamos fantasía: la idealización de nuestro mundo perfecto, o aquello que nos duele.

No es para nada reprobable, yo recuerdo el querer plasmar mis sucesos y los de mis amigos a través de un cómic, en el que mezclaba mi realidad con la ficción; puede que no sea el único en hacer eso, pero siempre he tenido el miedo de mostrarle a la gente lo que mi mente trasladaba a un mundo en donde la inspiración eran mis derrotas, victorias, y deseos.

Por eso Marwencol me hizo sentir como en casa.

Marwencol es un documental que nos narra el pasatiempo de Mark Hogancamp, un hombre que tras sufrir una brutal golpiza afuera de un bar, recibe terapia de reconstrucción para su rostro y queda en coma por varios días. Al despertar, Mark se da cuenta de que no recuerda nada, quién es, qué hace, por qué lo golpearon, nada de su familia ni amigos. Sin posibilidades de pagar terapia, Mark sale del hospital y entra en una gran depresión.

Es en esta etapa en la que comienza a crear una historia con muñecos de la segunda guerra mundial. Estos viven en Marwencol, y son un reflejo de las personas que va conociendo; si conoces a Mark, él buscará una figura similar a tu rostro y te incluirá en el relato de Marwencol. Lo asombroso es el nivel de detalle que Mark le pone a su pasatiempo, el cuidado de sus figuras, y sus fotografías que rayan en lo realista; todo esto mientras vemos como la vida de Mark tomó sentido en este pasatiempo, que tomó como su terapia al no poder pagarse una.

 

Para Mark era esta opción, o morir.

Para Mark era esta opción, o morir.

 

Su trabajo llama la atención del editor de Esopus, una revista dedicada a la fotografía, el cuál le ofrece la oportunidad de presentar su trabajo al público… la pregunta es si Mark está preparado a que Marwencol sea de alguien más.

Marwencol es de esos documentales que te atrapan desde el inicio; nos deja entrever a un hombre que ciertamente ha perdido la razón, y que lucha por mantenerse a flote en este mundo. Ha encontrado una satisfacción en crear su historia ideal en este mundo, incluso si eso le implica perder el contacto total con la realidad. Mark es un hombre abatido, que presenta extraños fetiches y que no comprende el concepto de sexualidad. Hay un momento triste (y a la vez perturbante) en el que vemos su interés por entablar una relación con una mujer, tomando como hincapié a hacerlo el hecho de que es rubia, igual que su ex esposa de la que no recuerda nada. Al no concretarse esta relación (a la que ya había dedicado tanques, muebles y autos…incluso un matrimonio entre la muñeca y su alter ego), una gitana de pelo azul llega al poblado y la desaparece por arte de magia.

Marwencol se vuelve el escaparate de Mark y su desahogo.

 

Es un hombre que no puede dejar de lado su fantasía, y la entromete en su vida diaria.

Es un hombre que no puede dejar de lado su fantasía, y la entromete en su vida diaria.

 

Fuera de ser bastante triste, también hay un dejo de esperanza en la película; ciertamente no es la mejor de las terapias, pero hacen que Mark muestre su capacidad como un gran artista, y de paso entretenernos con su forma de ver el mundo, pues en Marwencol… las mujeres, las cervezas, y los nazis abundan por montones; hay peleas de barro, y las mujeres son amantes en eso de golpear alemanes hasta dejarlos hecho pulpa.

 

El detalle que tiene por su obra es increíble.

El detalle que tiene por su obra es increíble.

 

Marwencol es un excelente documental: lleno de un aire surrealista, la historia de Mark es increíble, y cierta; desnuda hasta la raiz a este vulnerable remedo de hombre, y todo esto en un aire triste, pero lleno de momentos bastante graciosos, es “sappy”. Logra romper el estigma que muchos tienen de un documental (género que mucha gente le tiene repudio) y hace lo que el buen cine debe de hacer, sorprender y contarnos una historia extraordinaria, y al final de la película, nos cuestionamos sobre si lo que hace el personaje principal está bien o mal.

Y no sé ustedes, pero cada que voltee a ver esa tienda de coleccionistas, abandonada por los flujos de gente y en una esquina, con ese sujeto plasmando un campo de batalla repleto de detalles, recordaré que esa batalla que intenta recrear, puede que sea un reflejo de aquella que tiene en su vida, comprendan eso y sonrían, no lo desprecien como un fenómeno de la sociedad. Nuestras fantasías son nuestro total resguardo…si nos devoran, por lo menos saquémosle el mejor de los provechos.

 

http://youtu.be/WruKXLjQbf0

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