CIUDAD DE MÉXICO.- El preciso de México, Enrique Peña Nieto, nos regaló un ejemplo de su estado natural, mejor conocido como lapsus brutus, al terminar su mensaje sobre transparencia y rendición de cuentas con un “ya sé que no aplauden”.
Y es que en el recinto en el que presentó a Virgilio Andrade como Secretario de la Función Pública, a quien además le encargó que investigara si había conflicto de intereses en sus casas, había pura prensa nacional y poco lamehuevo, así que al concluir su discurso, Peña esperaba el clásico aplauso.
Pero las palmas no llegaron y, consternado, Peña Nieto pensó en voz alta. Eso generó que diera vida al hashtag #YaSeQueNoAplauden. Aquí abajo les dejamos la cajeteada del señor presidente

http://youtu.be/PHcFqczD2oI