Local

RENDIJA POLÍTICA; YO NO SOY DELINCUENTE, YO NO SOY TERRORISTA

Por: Adolfo Enríquez Vanderkam 

En los últimos días los ciudadanos de León hemos salido a las calles a manifestarnos contra el aumento al pasaje del transporte público y a la humillante condicionalidad de la gratuidad para los adultos mayores.

Hemos mostrado nuestra inconformidad de manera pacífica, ordenada, respetuosa, pero con energía y determinación, para que ésta decisión del gobierno de López Santillana sea reconsiderada, ya que afecta mayormente a las clases más desfavorecidas.

En 4 ocasiones nos hemos concentrado en las puertas de la presidencia municipal y en ninguna de ellas hemos sido atendidos, ni recibidos, ni escuchados. Ni siquiera ha salido un funcionario a pedirnos que formemos una comisión para ingresar a palacio y exponer nuestras demandas. La única respuesta que hemos obtenido es el cierre de puertas y la presencia de decenas y decenas de elementos de la policía municipal para impedirnos el paso a la “casa del pueblo”. López Santillana ofreció instalar una mesa de diálogo, pero nunca dijo el día, ni la fecha, ni la hora, más bien lo hizo para salir del paso ante una presión social que aumenta día con día.

Ha quedado en evidencia la falta de oficio y de pericia de la actual administración de León, pues lo único que se les ocurrió hacer fue esconderse y no dar la cara, como si las cosas se pudieran resolver solas o por milagro. Se debe hacer un gran reconocimiento a la sociedad leonesa, que pese a su enojo, impotencia y frustración, se mantuvo siempre en orden y con la esperanza de ser atendidos por quien prometió cuidarnos como si fuéramos su familia.

Pero no conforme con sus yerros políticos, su poca sensibilidad y su nula empatía con los justos reclamos de sus gobernados, López Santillana ofreció una rueda de prensa que terminó por dejar en claro su incapacidad y falta de oficio para enfrentar una situación que si hubiese atendido desde un principio, no sería el gran problema que tiene hoy y que ha terminado por sepultar, primero, cualquier intención de reelegirse y segundo, de dar señales que su administración será capaz de estar a la altura de las circunstancias y de las expectativas ciudadanas. Bajo ésta premisa no es infundado afirmar que López Santillana, su ayuntamiento y colaboradores, ya no podrán “levantar” su gobierno y ha quedado condenado a ser reprobado por las mayorías y descalificado por ineficiente, insensible, cerrado al sentir de las necesidades de los leoneses y a una soberbia que sobrepasa la ofensa.

En la rueda de prensa Héctor López Santillana dijo que el aumento en el transporte público no está sujeto a revisión y que la perversa condicionalidad para otorgar tarjetas de gratuidad a los adultos mayores tampoco ¿Entonces para que mesa de diálogo si no hay ya nada que negociar? ¿Quiere una mesa de diálogo para contar chistes con esa “chispa” y “gracia” que lo caracteriza? Eso es una burla. Pidió respeto a los manifestantes, y el alcalde no respeta el derecho a audiencia ¿Cómo pedir lo que no puedes dar?

Pero el presidente municipal fue más allá y en un arranque de ira incontrolada, característica de alguien que se siente acorralado y sin argumentos, se dijo sentirse amenazado porque dos activistas, Roberto Saucedo Pimentel y Visente Hernández Barrios, tuvieron la “osadía” y el “atrevimiento” de denunciar en redes sociales su domicilio particular, haciéndolos responsables de lo que le pudiera ocurrir a él o a sus familiares. Patética postura del alcalde, que a lo mejor no recuerda que hace años el PAN iba a la casa de funcionarios electorales para reclamarles por el fraude, y nunca pasó nada ¿Cree que no es sabido la fortaleza que rodea a su casa? ¿Saben por qué la gente sabe dónde vive López Santillana? Porque su casa está rodeada de patrullas y policías y no hay forma de acercarse. El trae guaruras y camioneta blindada y los activistas no ¿Quién corre más riesgo?

Presidencia Municipal a través de Comunicación Social y la Secretaría de Seguridad Pública “filtró” los nombres y las fotos de varios activistas al periódico AM, señalándolos de ser los convocantes a las manifestaciones y “convenientemente” al lado del encabezado de los desmanes que se suscitaron en Wal-Mart de Torres Landa. Yo fui uno de los señalados, y le puedo decir con firmeza a López Santillana que jamás he incitado a la violencia, ni al vandalismo ni al desorden y lo puede constatar revisando mi cuenta de Facebook. Lo que si he hecho es convocar a las marchas, invitar a los ciudadanos inconformes a que nos expresemos y exijamos a nuestros gobernantes una explicación fundada y motivada de sus decisiones, y esto no es ningún delito.

Yo no soy un delincuente ni soy un terrorista, soy un ciudadano libre ejerciendo mis derechos. Aclaro que yo no organizo las marchas, pero si las promuevo y apoyo desde mi trinchera que son las redes sociales y claro que simpatizo con las causas, pero insisto ¿De qué se me va acusar? ¿Qué ley quebranté? ¿A qué desorden incité? Yo estoy tranquilo porque conozco mis derechos y no tengo de nada que arrepentirme ni retractarme. Yo no he cometido ningún delito.

Los que si cometieron un delito y serio, fueron Héctor López Santillana, su secretario de Seguridad Pública Luis Enrique Ramírez Saldaña, su Director de la Policía José Carlos Ramos Ramos y su Director de Comunicación Social y “brillante” estratega Ignacio Camacho Flores. Ellos son los responsables de la sicosis colectiva que obligó a cerrar miles de comercios y que provocó pérdidas millonarias. Los policías fueron los que propagaron el rumor de los saqueos y los que le dijeron a los comerciantes que cerraran sus puertas. De todo eso hay decenas de testimonios.

Eso se llama terrorismo de estado. ¿Quién va responder por las pérdidas de los comerciantes? ¿Quién dio la orden de atemorizar a los leoneses? En esto si hay delito que perseguir y se debe investigar hasta sus últimas consecuencias y fincar acciones penales contra quien o quienes resulten responsables.

De mi parte le puedo decir a López Santillana que yo no soy delincuente, que yo no soy terrorista. Y así como el alcalde dijo que se han abierto carpetas de investigación “contra quien resulte responsable”, así también le digo que la próxima semana le presentaré una denuncia ante la Procuraduría de los Derechos Humanos por haber expuesto mi imagen e integridad como un agitador y provocador de desorden y vandalismo. Además, buscaré los medios legales para demandar a su administración por terrorismo de estado por haber provocado pánico en la población y causar un daño patrimonial a miles de comerciantes.

Por último, solo me resta decirle al alcalde que los reclamos contra el alza del transporte aún no terminan. El día 15 de enero, a las 16:00 horas en el parque Hidalgo, nos concentraremos nuevamente para pedir se derogue el acuerdo de ayuntamiento donde se autorizó el incremento a las tarifas del transporte público. Esta batalla apenas empieza y cada día que pase haremos que su desgaste político y el deterioro de su imagen sea cada vez más grande, y no solo para él, sino también para su partido el PAN.

P.D. Declaró el gobernador Miguel Márquez Márquez que el aumento en el pasaje del transporte urbano de León “ya no es tema”. Ahora entiendo el porque de la postura de López Santillana, ya sé quién lo “asesora”.

Adolfo Enríquez Vanderkam
Activista, aficionado a la lectura, amante de León dispuesto a cambiar su historia y sus escenarios políticos, apasionado de la escritura y, por supuesto, seguidor del Rebaño Sagrado.

 

Share: