GUANAJUATO, GTO.- El aroma a incienso, a dulces, comida, las risas, las voces y por supuesto la banda que llegó puntual a la cita cervantina, revivieron la tierra de las momias y desde el mediodía de este miércoles un pulular de chavos, chavas, extranjeros, etcétera, etcétera, se volcaron a las calles.

Así es el otro cervantino, el urbano, el citadino, el de esa raza que se toma todo su tiempo para ver los viejos edificios que parecen a veces como sacados de una película del siglo pasado.

El color lo dan los muchos espectáculos que tomaron las vías desde el mercado Hidalgo hasta el Jardín de la Unión, el punto de reunión: hay payasos, caricaturistas de esos que a lápiz le sacan al modelo el alter ego.

Que no les sorprenda banda, si mientras caminan se topan con el danzante azteca metalizado o con la Catrina adornada con hojas de elote, ¡y hasta con Iron Man!, ja este cuate dejó los estudios hollywoodenses para dar el rol por acá.

Pero tiene que venir y para constatarlo, así que no falten raza porque son los fines de semana los de más ambiente.