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SONIDO Y SURREALISMO / Por: Gerardo Mares

La grandilocuencia en la música ha estado presente desde el momento en que empezó el desarrollo de los géneros sónicos. Esta tendencia fácilmente calificada como estrafalaria también ha traspasado al lenguaje audiovisual moderno con no pocas cotas de surrealismo u otras inventivas de plano provocadas por ingestas alucinógenas. Aquí va una selección de rolas pachecas o piradas que empiezan en un tono moderado hasta desmadrarse por completo.

Scorpions: In search of the peace of mind. Secuencia en formato de cine, la rola desprende un intenso hedor pachequísimo, quizá acentuado por la anodina atmósfera de una campiña asfixiada por una bruma mística, como si se tratase de un segmento rodado por Andrei Tarkovsky . Es de hacer notar la inconfundible destreza técnica con que Michael Schenker ejecuta la lira en una curiosidad que amalgama el lenguaje del cine con la música.

Iron Butterfly. In a gadda da vida. De una duración maratónica, esta rola es una creación surgida del consumo de yerbas y hongos no precisamente recomendables dado el marco legal vigente, situación aceptada por sus autores. Lo bueno del video es que se insertan algunas secuencias fílmicas que hacen más pasable el alucine, sin quitar mérito a la canción. Quizá sea más disfrutable en el mismo estado en que fue elaborada, pero eso ya cada quien…

Frank Zappa. Baby Snakes. Bueno, este proyecto es un delirio acorde a la altura (y megalomanía) de un músico anti convencional; dirigido y animado en colaboración con Bruce Bickford. El clip seleccionado es apenas la primera parte de un proyecto que muestra parte de la artesanía técnica de la animación; esto en lo que se refiere a su manufactura, ya que la expresividad y la plástica del género queda en evidencia en el producto final. Alucinante es un adjetivo que no le hace justicia.

Peter Gabriel. Steam. Los ochentas también dieron coba a varios “exponentes” por experimentar la fusión del código visual con la propuesta sónica. Entre los más atrevidos ya inmersos en la industria, sobresale la obra de Peter Gabriel, acaso el iconoclasta más radicalque surgió de Génesis. Steam y Sledge Hammer son dos aportaciones icónicas en el surrealismo casero.

The Cars. You migth think. Este fue un video que utilizó para su provecho la emergente tecnología digital y elaboraron un clip que fue un dechado de efectos especiales de vanguardia. Hoy parecería anacrónico, pero la rola sigue teniendo su encanto y el producto visual ha envejecido con dignidad. Finalmente, el acosador se sale con la suya.

Rockwell. Somebody’s watching me. Hijo de un influyente productor musical, Rockwell logró la participación de Michael Jackson en un estribillo en el corpus de su melodía pop y el resto es historia. El video, de cierta naturaleza tenebrosa, elevó a la cancioncilla a una altura insospechada, en el único éxito de la corta carrera de Rockwell. Probablemente el organillo algo tuvo de culpa.

The Rolling Stones. Don’t stop. Sus satánicas majestades rinden culto a sí mismos en este delirante video mostrando de pasadita las posibilidades de la pantalla verde. Mezcla de animación y acción real, el tour de forcé de estos chavos es una reminiscencia a la trayectoria de los embalsamados rockeros ingleses con su sonido característico. Y aún así destila una benigna anarquía.

Red Hot Chili Peppers. Otherside. La introspección del grupo californiano encontró en un descarado fusil la traducción a imágenes del sentimiento elegiaco que desprende la canción, en este caso, de la magnífica secuencia surrealista del filme Spellbound, dirigido por Alfred Hitchcock y con la colaboración de Salvador Dalí en el decorado. Claro que los realizadores del clip ponen de su cosecha, pues no se trata sólo de copiar.

Enya. Orinoco Flow. Más que el video de una plástica pictórica deslumbrante, es la propia composición que se percibe en otros registros, gracias a las cualidades vocales de Enya que se hace cargo de todos los artilugios cogoteros. Con un sentido épico bien dirigido y una orquestación operística fuera de la norma, es una pena que propuestas como esta canción ya no tengan tanta cabida como antaño. Utilizada como jingle en uno que otro comercial, vale más que eso.

Dave Matthews Band. I did it. Tengo la impresión que esta banda liderada por el buen Dave no ha sido reconocida como se merece por la plebe mexica. A la atmósfera surrealista se le añade la historia de un perdedor cuya evasión de la realidad ni siquiera evita los conflictos con sus némesis imaginarios, de un agradecible humor desopilante y una factura técnica envidiable. De esos músicos que vale la pena seguir y ajeno a cualquier moda.

GERARDO MARES RODRÍGUEZ: CRÍTICO DE CINE Y RESEÑA MUSICAL DE LA REVISTA 012, EL PORTAL DE NOTICIAS RUTA BJX Y CONTRAPUNTONEWS.COM

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