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TÍTULO AGÓNICO; TIGRES ES CAMPEÓN DEL FUTBOL MEXICANO

CIUDAD DE MÉXICO.- Bendita sea la suerte, bendita la entrega, la pasión y la clase que demostraron tanto los Pumas como los Tigres en la final del Apertura 2015. Benditos seamos nosotros, que tuvimos el gusto de ver una final como pocas en el futbol mexicano. Ferretti tiene un título más que merecido, que festeje la sultana porque los de la “U”, le bordaron otra estrella más a su escudo tras derrotar, en penales, 4-2 a los capitalinos.

Hay que ser sinceros, pocos pensaban en una final así de activa, incluso los primeros minutos demostraban que los pronósticos que vaticinaban un partido dominado por los Tigres eran más que posibles.

Y aunque el partido iba generando emociones con algunas jugadas esporádicas en ambas metas, nadie suponía que la “bomba” estaba apunto de estallar en Ciudad Universitaria. Y es que a sólo unos segundos de que concluyera la primera mitad, Lalo Herrera aprovechó una serie de rebotes para mandar la pelota hasta el fondo de las redes para poner el gol que llenaba de esperanzas a toda la hinchada de la máxima casa de estudios.

Para el arranque del complemento, los Pumas saltaron a la cancha con la firme intención de marcar otra anotación que metiera, ahora sí, en problemas reales a los pupilos de Ricardo “El Tuca” Ferretti. Y llegó.

Justo sobre la marca del minuto 54, Matías Britos se encontró con una oportunidad inmejorable de rematar completamente solo y puso el segundo a favor de los Pumas. Las tribunas llegaron al límite de la locura.

Pero Tigres ya tenía un conflicto serio, un problema grave, Ferretti se notaba completamente contrariado por la situación del partido e incluso comenzó a ordenar estrategias un tanto fuera de lugar.

Pese a que los de la UANL habían llegado al duelo con ventaja de tres, el empate global era inminente. Pumas consiguió la afrenta épica a tres minutos del final cuando Silvio Torales, que había llegado desde el banquillo, remató por aire un tiro de esquina para conseguir el casi increíble tercer tanto de la UNAM. La prórroga era un hecho.

Y aunque el título aún estaba en el aire, el duelo psicológico tenía a un ganador claro: los Pumas.

El inicio del primer tiempo extra puso de nuevo arriba a los Tigres. El equipo de la UANL comenzó a dominar el partido hasta que la justicia deportiva les dio una breve oportunidad de respirar; Con una extraordinaria jugada personal del francés André Pierre Gignac, los pupilos de Ferretti volvieron a la vida con el 3-1 que, nuevamente, regresaba la copa a sus vitrinas.

Pero esta final había demostrado desde su inicio que no podía darse nada por sentado, que el partido terminaría hasta que el árbitro sonara su silbato.

Los Pumas no habían bajado los brazos pese al gol de Gignac, al contrario, se fueron con todo para tratar de buscar el gol que obligara a la definición por la vía de los penales.

Escribiendo un capítulo más de esta historia increíble, de verdadero heroísmo deportivo, los pupilos de Memo Vázquez consiguieron el 4-4 en el global gracias a un remate Gerardo Alcoba. No hubo tiempo para más. La definición desde los 11 pasos ya estaba consumada.

Los penales ya eran un volado, pero tal vez podrían ser considerados como la manera más justa por el hecho de que ambos equipos se habían entregado al máximo dentro de la cancha; La suerte ya no estuvo más con los Pumas, el título fue para los Tigres. La mejor final de los años recientes.

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