El rock en nuestro idioma siempre se ha significado por su indudable capacidad de mutación y sobrevivencia a lo largo de la historia. En principio nacido por vía del fusil en un medio claramente burgués; después de su fusilamiento por el régimen autoritario a raíz del escándalo mediático desatado en Avándaro, logró resucitar para llevársela como pudo en el gueto de los hoyos funkies o de plano en la completa clandestinidad y marginación hasta su eclosión en la década de los ochentas como un movimiento de identidad donde nuevamente mostró una energía y muy claros signos de militancia social y postura crítica. En la mayoría de los casos, la ciudad del DF se convirtió en el referente para esos trazos de urbanidad captados por la lente en escasos videos de buena factura técnica; letra, música e imagen concebidas para reflejar nuestra extraña cotidianeidad.

 

Cecilia Toussaint. Carretera. Una visión urbana claramente evocadora y que curiosamente no fue ubicada en la geografía de la ciudad. Sin embargo, la vestimenta de la cantante y ese camión Dina fueron suficientes para elaborar uno de los mejores videos de carretera (road movie) en eso que se ha etiquetado como rock urbano.

 

http://youtu.be/SI4rKvcZldI

 

Tex Tex. El hijo desobediente. También haciendo playback en el desierto, el clan Tex se revienta una rola con harto humor y desenfado. Ya viéndolos tocar en vivo son otro pedo. El video filmado con filtros de diversas tonalidades, toma por asalto esta iconografía para ejercer una plástica bien alucinada con todos esos elementos urbanos integrados al paisaje. La letra, de una construcción impecable, como la mayoría de sus canciones.

 

 

Rockdrigo González. Metro Balderas. Resulta irónico que uno de los mayores cronistas sobre  el DF haya nacido en Tamaulipas. Trovador y compositor absolutamente al margen de la industria, a raíz de la muerte del Rockdrigo se generó un culto que ha permitido la difusión de su obra más allá de su marco de referencia. Metro Balderas es una de sus composiciones emblemáticas y que dicen fue plagiada por Alex Lora. Casi un cortometraje, me quedo con la desencantada y melancólica mirada del profeta del nopal. http://youtu.be/PeNg2YPGuf0

 

El Tri. Chilango Incomprendido. Ya metido por completo en el mainstream, Alex Lora tuvo los arrestos suficientes para componer lo que hasta la fecha se puede considerar un himno a la condición chilanga, una rola que desprende un sentimiento de amor-odio por la ciudad más grande del mundo. El video, un caleidoscopio de clase baja característica de la urbanidad defeña.

 

 

Caifanes. No dejes que. El lenguaje críptico de Saúl Hernández encontró en la propuesta  visual de Ángel Flores Torres un elemento de acercamiento, comprensión y acaso supo imprimir una estética naif sobre el sincretismo barroco presente en diversas manifestaciones folklóricas elaboradas por las clases bajas, sin ningún ánimo peyorativo. La grandilocuencia de imagen, letra y sonido logra una rara fusión, razón por la que me decanté por esta conocidísima rola. Para aplaudir esa lente que se interna por vetustos rincones sin intentar embellecerlos y generalmente obviados por producciones similares.

 

 

La Maldita Vecindad y los Hijos del Quinto Patio. Un Gran Circo. Otra producción que le tomó el pulso a la capital del país influenciado por el  cine directo, claro con sus filtros en la cámara para enfatizar algunos manierismos estéticos autorales. Además se integran algunos cuadros grabados en Ámsterdam mientras realizaban una gira por Europa. La vital onda pachuco de estos excelentes músicos se extraña algo en la amodorrada escena actual.

 

 

El Gran Silencio. Chúntaro Style. La primera gran obra pictórica proviene del norte, más concretamente, de la ciudad de Monterrey. Mezcla indiscriminada de sonidos y experimentaciones, el mérito de la alineación regiomontana fue retomar varios elementos culturales perfectamente reconocibles e integrarlos a una propuesta audiovisual personal. Chúntaro Style es cumbia, vallenato, rock, polka y sabrá Dios qué cosas más. A ello se une un excelente video que retrata con una honestidad y naturaleza pocas veces plasmada, los duros rostros de la marginación en estado de ánimo particular, seres de carne y hueso sin suavizaciones, estilizaciones o adulteraciones. Un video realista que alcanza para llevar a cabo una tocada que pinta barrio bajera, sin sentido peyorativo de mi parte.

 

 

Molotov. Gimme tha power. El ácido político que se chutaron en esta rola ya no se reproduciría en el mismo nivel de sensibilidad e inteligencia, manejando con harta soltura y naturalidad la coprolalia, sorprendente en unos músicos afectos a echar desmadre. El video también tiene lo suyo, con una excelente interpretación de Roberto Sosa acerca de un ciudadano hasta la madre. A lo mejor se exagera la teatralidad hacia el final, pero es peccata minuta para una producción que se atrevió a decir sin tapujos lo que casi todo el populacho opina de nuestros insignes políticos. Las locaciones, de poca madre.

 

 

Control Machete. Comprendes Méndez. Hip Hop nopalero en toda la norma, Comprendes Méndez nada le pide al cine de narcos y pandilleros tanto nacional como extranjero. Esta brutal sinfonía cogotera hizo palidecer a más de alguna buena consciencia. El realismo logrado a pesar de ser una ficción coloca a la producción entre los clips más afortunados en la videografía nacional. La violencia es tan descarnada y cruel como el machetazo final.  Se ganó algunos tijeretazos censuradores por parte de MTV.

 

 

Café Tacuba. Eres. Recreando el universo escolar de la educación pública, sus imágenes evocan la poderosa película de Maryse Sistach Perfume de Violetas. Utilizando una atmósfera monocromática, Eres se erige como un trazo de realidad sobre uniformes humildes, tenis converse desgastados y rostros de estudiantes generalmente pasados por alto en esta forma de expresión. El drama de un amor de lejos filtrado por la poética de la imaginación de colorida animación como vía de escape de la cruda realidad.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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