José Antonio Sánchez Cetina está de fiesta. En parte porque el autor es el ganador del 8º premio del Literatura para Jóvenes de Fenal- Norma -con el que ganó además de la presentación de su obra, 80, 000 pesos- y porque en la presentación del material que desde hoy está a la venta, tuvo un público que variaba de edad, algo curioso tomando en cuenta que el libro se enfoca a ese sector que todo mundo le hace feo: la juventud.

La novela ganadora se contextualiza en un escenario mixto entre lo real y lo virtual y narra la historia de dos chicas adolescentes de voces definidas, cuyos talentos complementarios y temperamentos distintos detonan un conflicto entre ellas que se agudiza por una historia amorosa. ‘Pastas de la cripta’ presenta diferentes voces a partir de recursos diversificados como la bitácora y el chat, lo que permite lecturas intertextuales. De esta forma, el autor asume riesgos literarios y sale bien librado de ellos.

José decide tomar un elemento de la cultura del internet que no tiene desperdicio: las “creepy pastas”, relatos paranormales o de misterio que tienen por intención pasar como reales e incomodar al lector. Existen de todo, y es algo bastante curioso, porque las “creepy pastas” buscan lo grotesco en fotos viejas, videos de archivo, material dañado con el tiempo, incluso series y caricaturas de nuestra infancia. Es obvio que la finalidad de estos microrelatos es la de entretener, pero en palabras de José (quien se refiere a un video ehm… pues creepypasteado): Veo el video de Obedece a la Morsa en la noche y no me quiero parar por un vaso con agua, mejor lo veo durante el día, en un parque con mucha gente y así me ahorro el miedo”. Con ello el autor enfoca que el miedo es algo natural, no importa de dónde provenga el concepto terrorífico, y al mismo tiempo le da su lugar a las creepy pastas, que tienen tanto impacto en la sociedad como los infames memes.

En la foto: Carlos María Flores Riveira (dir. ICL), José Antonio Sánchez Cetina y Lorenza Estandia, Directora editorial de Grupo Norma.

En la foto: Carlos María Flores Riveira (dir. ICL), José Antonio Sánchez Cetina y Lorenza Estandia (Dir. editorial de Grupo Norma).

Así de esta manera, el autor busca con su libro demostrar que esta generación no es gris. Que a pesar de mostrarse sin hacer algo para los adultos, son creadores de un contenido que encima de eso es libre de cualquier derecho de autor, algo que para ojos de los mayores suena a un desperdicio, pero resulta una colaboración para un mundo enorme como lo que representa el Internet.

No me quedé con la duda y pregunté sobre el título y su posible referencia hacia los cómics de la EC, “Cuentos de la Cripta”.  José sonríe y acepta que el título no es una referencia a los cómics, pero sí a la serie de televisión en donde un cuidador de la cripta le parecía aterrador y ahora no tanto. La intención de las creepy pastas mantienen ese sentimiento de ironía y moralidad que los cómics y serie de televisión presentaban.

Las creepy pastas son un término literario casi desconocido por parte de la audiencia adulta que escuchó con atención sobre algo relativamente nuevo en sus vidas, pero los jóvenes captaron desde el primer momento, jóvenes que desde luego les recuerda al siempre cautivante “Dross” , uno de los canales de habla hispana más famosos de Youtube y algo bastante interesante de conocer, puesto que su canal omite chistes vulgares y cortes de escena rápidos para en su lugar presentar microrelatos o conteos paranormales.

 

Y lo interesan es que José, acepta la crítica posible de su obra a través de los medios sociales, especialmente en Twitter. Además de incitar a los adultos a leer el material a pesar de que se sientan rechazados por el lenguaje moderno… cosa que no pasa cuando un joven tiene que leer obras literarias que manejan términos complejos para su edad.

La invitación queda abierta para leer la obra de José y siempre llama la atención ver el ganador de un premio que se presenta en la feria del libro, sobre todo uno que trata de reavivar el concepto de la literatura juvenil con elementos que claramente consumen.

 

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