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PROYECTO DE AEROPUERTO EN SMA ES INSEGURO E INVIABLE, SOSTIENEN ASOCIACIONES CIVILES

SAN MIGUEL DE ALLENDE, GTO.- Al menos 12 asociaciones civiles de San Miguel de Allende solicitaron al Ayuntamiento de San Miguel de Allende detener de inmediato el proceso de licitación para concesión de un aeropuerto que se pretende construir para aviones tipo jet de pasajeros.

“Exigimos asimismo a los miembros del Ayuntamiento actuar con responsabilidad y valor civil, deteniendo el proceso de licitación en curso para una iniciativa que nunca fue sometida a consulta ciudadana y que no cuenta ni lejanamente con un consenso favorable por parte de los habitantes de San Miguel de Allende”, detalla un comunicado que engloba 12 asociaciones civiles, entre ellas “El Charco del Ingenio”, “Amigos del Músico de San Miguel de Allende”, “Somos” y “Observatorio Ciudadano San Miguel de Allende”.

Argumentan que el aeropuerto impulsado por el alcalde Ricardo Villarreal García es inviable por lo siguiente.
Consideran que el área seleccionada para la construcción del aeropuerto –una sección contigua al antiguo rancho de San Julián – forma parte de la mancha urbana de San Miguel de Allende, situación que volvería crecientemente incompatible un aeropuerto para aviones tipo jet, por razones tanto de seguridad como de impacto ambiental y auditivo.

Agregan que los desarrollos habitacionales y comerciales proliferan en torno al área y en la misma ruta obligada de despegues/aterrizajes de la pista.

También se localizan en el área cuatro centros universitarios en vías de crecimiento, cuyas edificaciones tienen alturas en el límite máximo permisible, además de que dos de ellos se localizan a tan sólo tres metros del límite exigido por la Organización Internacional de Aviación Civil (DGAC) para un aeródromo.

Los riesgos e impactos, aseguran, afectarían notablemente al Hospital General “Dr. Felipe García Dobarganes”, el más importante de la ciudad, ubicado a sólo 400 metros en la ruta de la pista, situación que alcanzaría también a otro hospital privado, actualmente en proceso de construcción.

Detallan que la cercanía de la pista aérea con el centro de San Miguel de Allende –cuyo valor histórico y monumental le valió desde 2008 la inscripción en la Lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO–, además de los evidentes riesgos de seguridad, haría inevitable el impacto ambiental y auditivo sobre la zona urbana durante los despegues/aterrizajes de las aeronaves, debido a la inmodificable orientación Este-Oeste de la pista.

El ruido producido por un avión jet volando a baja altura es de más de 90 decibeles, cuando el límite máximo permisible en las zonas urbanas es de sólo 65 decibeles.

Tal impacto ambiental y auditivo resultaría atentatorio contra la ciudad patrimonial, destino turístico y residencial del cual depende en gran medida el desarrollo socioeconómico del Municipio.

A ello, señalan las asociaciones, habría que sumar la pérdida de valor económico de las propiedades, pues es un fenómeno conocido a nivel mundial que las áreas urbanas y suburbanas afectadas por el impacto auditivo y ambiental de un aeropuerto, pierden irreversiblemente su valor inmobiliario.

De igual manera advierten que se vería seriamente impactada al Oeste, al ubicarse también en la ruta de los despegues/aterrizajes, el Jardín Botánico y Área Natural Protegida “El Charco del Ingenio”, certificada por la CONANP y bajo protección federal desde 2015, debido a la gran diversidad de aves residentes y migratorias que frecuentan sus humedales, entre otras especies de la fauna regional.

El impacto sonoro de las aeronaves se extendería asimismo a los miles de visitantes de este espacio natural y escénico, contiguo a la zona urbana, el cual representa un destino turístico, cultural y comunitario de gran relevancia para San Miguel de Allende.

Además señalan que muy cerca del área natural protegida y en la misma y forzosa ruta de vuelo rasante, se halla la recién inaugurada Concha Acústica del Parque Bicentenario, auditorio público abierto para la realización de conciertos y espectáculos culturales, los cuales serían desde luego perturbados por la contaminación auditiva de las aeronaves.

Lo anterior aunado a que los vuelos turísticos que se realizan al amanecer en globos aerostáticos desde hace más de 20 años sobre el casco de la ciudad y sus alrededores, se verían sin duda afectados o quizás cancelados a partir del funcionamiento de un aeropuerto próximo a la ciudad.

OTROS IMPEDIMENTOS

Las Asociaciones civiles advierten de la existencia de claros impedimentos derivados de la pretendida ubicación del aeropuerto. Uno es el Centro de Readaptación Social (CERESO), de carácter regional, el cual se localiza a menos de 300 metros del extremo de la pista y alineado con ésta, y cuyas normas de seguridad prohíben de manera inexcusable el sobrevuelo de cualquier tipo de aeronave. El otro es el cruce en forma perpendicular de un tendido eléctrico de la CFE (250,000 volteos), cuya reubicación o enterramiento sería necesario llevar a cabo.

En cuanto a limitaciones técnico espaciales advierten que no existe en el viejo aeródromo capacidad física para construir una segunda pista o para una expansión significativa de la pista existente, pues el ancho máximo posible es de 45 metros y la longitud hacia el Este está limitada por una pendiente hacia abajo cercana al 6%.

No hay espacio disponible, en ambos extremos de la pista, para casos de sobrerrodamiento de aviones tipo jet.

En su extremo Noreste, la pista colinda con una depresión geográfica u hondonada que impide la ampliación de las instalaciones. La limitación espacial también es un obstáculo para la construcción de áreas públicas, salas, hangares, talleres, etc. requeridos para un aeropuerto, así como para luces de aproximación, en caso de establecerse uso de instrumentos.

Un vicio de origen fundamental de esta vieja pista aérea, el cual es físicamente imposible de corregir, consiste en su inadecuada orientación (Este-Oeste), ya que no fue trazada en función de los vientos dominantes en el área (Noreste–Suroeste). A ello se suma otro obstáculo espacial de riesgo: la proximidad al Sur del gran macizo montañoso de Picachos o Palo Huérfano, el cual podría dificultar las maniobras aeronáuticas debido a su volumen y variación climática.

En cuanto a aspectos regulatorios sostienen que la decisión oficial del Municipio sobre la ubicación del aeropuerto no corresponde a ningún esquema de planeación urbana reciente, ni a un programa de movilidad o atlas municipal de riesgos, a la fecha inexistentes.

Las menciones sobre un aeropuerto en el sitio que figuran tanto en el Programa de Ordenamiento Ecológico Territorial (POET), como en el Programa de Ordenamiento Territorial de la ciudad (POT), tienen como única referencia el viejo aeródromo y de ninguna manera un aeropuerto de la envergadura que ahora se pretende imponer en un área urbanizada. En todo caso, ambos programas no han sido debidamente actualizados, ni han sido integrados en un Programa Municipal de Desarrollo Urbano y Ordenamiento Ecológico Territorial (PMDUOET), como lo dispone expresamente el Código Territorial para el Estado y los Municipios de Guanajuato.

Sobre el uso cuestionable de recursos del municipio, las aposiciones establecen que el referido proyecto aeroportuario les parece por completo innecesario, toda vez que existen dos sendos aeropuertos (El Bajío y Querétaro) a una hora de distancia por carretera, con capacidad para crecer y conectar a San Miguel de Allende con destinos nacionales e internacionales,

Como consecuencia de lo anterior, los dirigentes de las aspiraciones que suscriben el comunicado en el que se proporciona toda esta información, respaldan sin reservas la petición realizada por diversas organizaciones civiles, el pasado 2 de mayo del año en curso, a la Dirección General de Aeronáutica Civil de la SCT, de no otorgar la autorización correspondiente al proyecto de aeropuerto concesionado que promueve la Presidencia Municipal de San Miguel de Allende y, de manera específica, no otorgarla en el sitio donde se pretende establecer y operar.

De esta manera concluye el comunicado del que se hace responsable César Arias de la Canal.

 

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