Todos los años que pasan, siempre aparece el mismo cuestionamiento entre conocidos y demás.

¿Estamos cansados del género de superhéroes?

Si bien es cierto que habrá muchos que tengan este hartazgo muy por dentro de sus venas y los corroe con un odio irremediable, hay que ver los dos lados a mi parecer. En primero está el hecho de que como audiencias nunca estamos conformes con el cine que obtenemos, prácticamente he estado escuchando la misma queja desde mi infancia hasta nuestros tiempos, además, los superhéroes no son los únicos que han pecado de esto: cine de espías, de vaqueros, de disco, cine erótico… la lista es eterna. Claro que, como en todo, hay productos muy buenos, y productos bastante repugnantes… pero con los resultados obtenidos del año pasado, no estoy para nada nauseabundo respecto al género.

Como un estimado una vez dijo: “A todo género le toca su mentada de madre, para luego voltear al pasado y limpiarle la basura que en su momento le tocó”.

Lo segundo sería el hecho de que no es un género nuevo, desde los nickelodeon y seriales -una película cortada en varias partes para mostrar en los cines por las matinés, pregúntenle a sus padres sobre las legendarias matinés y permanencias voluntarias- los comics han vivido de la mano del cine. Quizás el ejemplo cuando esa amalgama se perfeccionó y presentó un producto de muy buena calidad -el primero en su tipo- se dio con Superman en el final de la década de los 70’s.

Tras una apertura de telón, vemos que un chiquillo hojea las páginas del legendario Action Comics, aquella historieta que vio nacer al último hijo de Krypton; mientras lo hace, nos relata sobre la necesidad de un mejor mañana para la ciudad de Metrópolis, y mientras vemos cómo el diario “El planeta” se vuelve real frente a nuestros ojos, viajamos al espacio a través de una secuencia de créditos impresionante.

Después del tremendo alucine del que somos testigo, llegamos a un lugar misterioso y frío, donde se desarrolla un juicio; los acusados son un trío de rebeldes liderados por el general Zod (Terrence Stamp), un Kriptoniano que está en contra del sistema del planeta, y el que expone el caso es Jor-el (Marlon Brando), el científico más prominente de todo Krypton. Tras un juicio en el que los rebeldes son lanzados al espacio, Jor-el expone su inminente preocupación de que el planeta será destruido gracias al sol de su sistema. Los Kriptonianos no le creen y le advierten que si sigue con ese pensamiento e infunde terror entre sus compañeros, su destino será similar al de Zod.

Lo triste es, que Jor-el tenía razón.

 

Quizás sea el efecto de leer sus diálogos (Marlon Brando era conocido por no aprender nada del guión), pero eso perméa a su personaje de una tristeza al tener que desprenderse de su único hijo, todo por la mentalidad superior del Kriptoniano; esto se vuelve una amalgama entre la historia de Moisés (el enviado de otra cultura que se mezcla con otra para salvarnos) y el relato de la Atlántida (personas vanidosas que en toda su infinita sabiduría nunca pensaron que algo malo les pasaría).

Quizás sea el efecto de leer sus diálogos -Marlon Brando era conocido por no aprender nada del guión-, pero eso perméa a su personaje de una tristeza al tener que desprenderse de su único hijo, todo por su bienestar y posible crecimiento de este como persona; por ello se vuelve una amalgama entre la historia de Moisés -el enviado de otra cultura que se mezcla con otra para salvar a un pueblo- y el relato de la Atlántida: personas vanidosas que en toda su infinita sabiduría nunca pensaron que algo malo les pasaría.

 

Jor-el pone a su único hijo Kal-el en una nave, y se despide de él mientras el planeta sucumbe ante el sol, la nave hace un largo viaje interplanetario, hasta llegar a nuestro planeta, donde se estrella de manera escandalosa en un sembradío. Lo encuentra una pareja, los cuales no comprenden el por qué ha llegado un niño del cielo, sobre todo tomando en cuenta que ellos han sido incapaces de tener un hijo. Agradecen esta bendición y además, se dan cuenta de que el niño tiene superfuerza… está destinado ser a algo más.

El tiempo pasa, y el niño se vuelve Clark Kent (Jeff East), un adolescente que tiene dudas sobre lo que puede hacer con sus habilidades fuera de este mundo. Jonathan Kent (Glenn Ford) se da cuenta del problema existencial que tiene su hijo, y trata de consolarlo, le habla sobre el potencial que tiene para ayudar al mundo, y lo abraza; Clark consolado corre pero en ese momento Jonathan tiene un infarto y fallece. Clark queda marcado sobre la muerte de su padre, pues todas las habilidades que tiene no pudieron evitar su muerte, es entonces que se despide de su madre y emprende un viaje para tratar de comprender quién es en este mundo.

Algo que noté esta última vez que la vi, es el tratamiento que tiene la película, un tratamiento que le ayuda mucho. Durante la primera parte, se nos trata la idea del origen de Superman como algo completamente serio, toca fibras sensibles; Clark tiene dos pérdidas fuertes a lo largo de su vida, y es a través de estas que llega a ser el hombre de acero. Particularmente la muerte de Jonathan Kent es devastadora y emotiva, sobre todo si tomamos en cuenta lo poco que aparece en la película (Algo debería de aprender Znyder y su versión de Superman). Para bien de la película, la siguiente parte se trata de cómo Clark interactúa en un nuevo ambiente, se vuelve una película con un humor logrado en muchas partes, un poco desdeñoso en otras, pero jamás aborrecible al 100%.

Y es que Christopher Reeve es la razón por la que la película funciona: es Superman, fin de la discusión.

Dota a Superman de un aire bondadoso y enternecedor, pero también imponente tanto en el físico como en mirada: sabes que es un héroe dispuesto a ayudarte, pero fácilmente te puede romper todos los dientes. Es sin duda alguna uno de los mejores héroes de la historia del cine. Reeve es el hombre al que vemos volar, y dota con agilidad y comfort estas escenas, Superman presentó una revolución en su tiempo, nadie había visto a un hombre volar de manera tan convincente. Además de Superman, también interpreta al adorable y torpe Clark Kent. Es justamente la razón de la dualidad entre Clark y Superman que hace toda la idea posible en nuestras cabezas, incluso nosotros no pensamos que aquel sujeto tonto y de lentes pueda ser ese ser tan poderoso.

 

Como audiencia, nos volvemos confidentes de su secreto y entendemos la importancia de permanecer siempre en el anonimato...esto para cuando uno es niño representa el secreto que mejor debemos guardar para el bien de la humanidad, es hermoso y nos apega más tanto al personaje como a la película.

Como audiencia, nos volvemos confidentes de su secreto y entendemos la importancia de permanecer siempre en el anonimato… esto para cuando uno es niño representa el secreto que mejor debemos guardar para el bien de la humanidad, es hermoso y nos apega más tanto al personaje como a la película.

 

Margot Kidder… debo aceptar que desde la primera vez que vi la película me enamoré de su Lois Lane. Es un personaje muy divertido: audaz, aventurera y que nunca se imagina sentando cabeza, es una excelente periodista… a excepción de que tenga una ortografía no muy decorosa, resultado de una posible dislexia. Margot Kidder hace un personaje muy agradable, y la química con Reeve es excepcional, además de una tensión sexual clara entre nuestros protagonistas, hay una conexión sentimental que podemos notar, cuando fallece uno siente el mismo dolor e impotencia de Superman…y aceptamos que haga lo imposible para salvarla (más de eso en unos cuantos párrafos, pero podrán notar que Superman es un valle de lágrimas).

 

Además de ser lo suficientemente atrevida para entrevistar al ser más importante del siglo con un vestido tan horrible.

Además de ser lo suficientemente atrevida para entrevistar al ser más importante del siglo con un vestido tan horrible.

 

No puedo dejar esto a un lado, el trabajo de John Williams es más que excepcional, es otra obra maestra de un compositor que de por sí tiene demasiados trabajos excelentes como para que pueda ser un humano común y corriente; la intención original de Williams hacia el tema era la de representar un personaje gracioso (ya que había pensado en Superman como una película llena de humor), es por ello que el tema principal literalmente está gritándote Superman. Contrario a lo que Williams pudo pensar, el tema no es gracioso, al contrario, es una fanfarria hacia algo imposible y que denota actos heroicos e imposibles que podemos imaginar gracias al estímulo de nuestros oídos. Superman fue de los primeros discos que compré de John Williams, y lo sigo escuchando con regularidad. y es un imprescindible en la colección que cualquier melómano debe tener.

 

Como de costumbre, con Williams ponerme a elegir un tema es algo muy difícil, pero esta vez haré trampa. El primero es para mí la versión definitiva del tema principal. Apoyado con el misterio del preludio en blanco y negro, sigue un crescendo del tema principal hasta las notas familiares del tema de Superman, así la fanfarria me parece más efectiva, …ideal para escuchar en el tráfico de la noche del viernes.

https://www.youtube.com/watch?v=2zqhm7YD6kg

Pero en definitiva debo darle mi preferencia a la secuencia del vuelo entre Lois y Superman, el tema que desarrolla es el tema de amor que…a menos de que tengas esta edición conocerías de antemano. Empieza juguetón y de pronto se vuelve lo más feliz que podrías escuchar, tan armonioso y da paso a una canción disco que admito que es un producto de la época, pero me declaro culpable de que me guste demasiado.

 

Hay dos quejas que la película suele tener, y que siempre he escuchado: Lex Luthor y la secuencia de volver el tiempo. De la primera concedo, no me parece el mejor Lex Luthor que pueda existir, pero al igual que la película, captura la esencia de lo que Superman en un tiempo fue: un comic ridículo (Batman, no fuiste el único). Es por ello que su Lex Luthor es un personaje no muy listo, con asistentes idiotas y generalmente nada amenazador, hasta el acto final con los misiles. Si bien esto tarda EÓNES, es en ese momento en el que Lex se vuelve la amenaza más grande para nuestro querido capa roja, y conlleva a la escena más fuerte de la película. Gene Hackman, uno de los mejores actores del siglo pasado se divierte, e interpreta a  un hombre ególatra y con potencial pero villanesco al final de cuentas ¿Cómo no amarlo por eso?

Y la vuelta al mundo…. sí, es muy estúpida, no la defenderé mucho; no queda muy claro cómo funciona y sólo parece afectarle a una persona en lo particular, es decir, la maraña del viaje al tiempo se pierde en su lógica incluso antes de que podamos interpretarle una pero creo que si yo fuera Superman, haría lo mismo. Hay un gran peso emocional en la escena y es cuando vemos a un Superman vulnerable y decidido a romper el balance que su primer padre le dice que no debe alterar, mientras vuela decidido a hacerlo, hay un conflicto de ideologías muy fuerte en el personaje, apoyado por los dos patriarcas que le incitan a hacer el bien, pero de diferente manera… es una estupidez, pero es una gran estupidez, y creo que el grado de infamia es igual de enorme que la calidad de la película.

Porque es una muy bien lograda película, en manos de otra persona, la idea de separar el humor de la seriedad en la película hubiera sido una estaca en el corazón, pero Richard Donner tuvo fe en el proyecto, sabía que la química entre sus actores estaba a la par de un guión competente -creado por Mario Puzo, el mismo de “El Padrino” (1972)-y que nos presenta cómo es cada personaje, y cuenta una producción francamente fantástica salvo una excepción (y esto es porque en medio de la producción cambiaron de equipo de efectos especiales). A pesar de que la escena donde rescata a la gente y lía con los dos misiles es muy emocionante, uno fácilmente nota las miniaturas, aunque nunca vemos si hay cables sobre Reeve.

Visualmente hay un detalle interesante en la fotografía que por más restauraciones que se le hagan, no deja de verse granosa y llena de luces por doquier, es un registro de cómo era la década y no creo que se le deba cambiar eso, le da un toque perfecto que de manera irónica es más apreciable en la televisión porque da esa calidad.

Superman es una película que vi una y otra vez con mis padres, lloraba, reía, gritaba y al final sentíamos la misma empatía por los personajes, nos dejaba una excelente sensación en nuestras mentes, es diversión en su más puro estado. La he visto desde que era un niño, en un punto de mi vida repudie al personaje de Superman por no ser “cool” (como muchos de nosotros), y tras un tiempo con el que me reconcilié con el personaje, la volví a ver: sigue funcionando.

Es por mucho, una de las mejores películas del género, ha inspirado a cientos de directores y escritores de comics… y sobre todo, los ideales que nos dejó Christopher Reeve como su más célebre papel, han inspirado a miles a seguir el camino del bien y soñar; Fue una película importante en mi infancia y estoy seguro de repetir el ritual de verla en familia cuando yo sea un padre de familia.

Gracias Richard Donner, por hacernos creer que un hombre podía volar.

Gracias Christopher Reeve, por ser nuestro héroe, mi héroe.

 

https://www.youtube.com/watch?v=XWHyvubVdPA

 

 

Share: