¿Qué tan fáciles éramos de convencer en los años noventa? Mucho. Sólo tuvimos que ver una explosión para hacer de una película la más taquillera de 1996, y no los culpo; cuando uno ve el “teaser” de ID4 que mostraron en el SuperBowl de esa temporada,  dentro de tu propio ser surgía la necesidad de ver aquella monstruosidad llena de testosterona. Esto en realidad fue un completo logro de mercadotecnia… y también dio lugar a una de las películas más añoradas de la década y mi generación.

Día de la independencia es una película que -como casi toda la filmografía de Roland Emmerich– alude a las películas “serie-B” y las superproducciones de Irwing Allen. En lo personal nunca me ha gustado porque la encuentro muy aburrida, pero debo aceptar que es una película que la gente le tiene cariño por su valor de entretenimiento, y seamos honestos: no busca hacer otra cosa. Tienes un “redneck” haciendo de kamikaze contra los extraterrestres, a un perro librando una explosión y el mejor discurso de la historia del cine (lo siento Chaplin). La gran pregunta es ¿Por qué tardaron 20 años en sacar una secuela? ¿Es necesario una segunda parte de Día de la independencia en nuestros tiempos? No hay mucha gente que clame todos los días por la secuela de una película que no se ha vuelto el clásico que se esperaba (de nuevo, es más la nostalgia haciendo de las suyas), y las siguientes generaciones no entienden por qué tanto escándalo… pero aquí estamos, en una sala de cine bastante abandonada para ser el día del estreno.

Han pasado 20 años desde la fallida invasión extraterrestre al planeta tierra y estos seres no se han cansado de ver el discurso que dio el presidente Whitmore (Bill Pullman). Así que deciden ir a la tierra por un segundo round con una nave mucho más grande y con una reina extraterrestre para complicarles las cosas a los humanos; lo que los extraterrestres no tienen en cuenta es que la humanidad ha aprovechado la tecnología de las naves abandonadas para crear vehículos y armamentos mejor diseñados para un posible contraataque. Y básicamente esa es la premisa.

Día de la Independencia: Contraataque no es la tan esperada secuela que la gente desea, tiene muchos problemas: es una segunda parte, pero se siente como si hubiera otra película anterior a esta ya que muchos de los elementos que aparecen en pantalla no se nos habían explicado en la anterior entrega (y justificar el concepto de los tie ins precisamente lo hace un mal producto), tenemos nuevos personajes que a falta de un desarrollo no los conocemos, se sienten como si ya fuesen habituales en la franquicia, y encima de eso: no hay química ni carisma en ellos, por lo tanto, no nos interesan. Y muchos de ellos son detestables y cartas habituales en la filmografía de Emmerich ¿El sujeto inadaptado molesto enamorado? Aquí está ¿El cómic relief que se vuelve infumable? también (de hecho es uno de los guionistas) ¿El protagonista blando? obvio ¿Un romance para Jeff Goldblum? ¿Por qué no?

Además todos... absolutamente TODOS, se conocen.

Además todos… absolutamente TODOS, se conocen.

Lo peor es que todo esto avanza a pasos agigantados; la primera película no es para nada una obra maestra pero al menos en su inicio había una expectativa por ver a los extraterrestres hacer lo inevitable, y nos permitía conocer a una variedad de personajes; ahora la trama avanza en automático y carece de momentos emocionantes, aquí no hay explosión a lugares famosos ni secuencias que te quitan el aliento, aquí lo que Emmerich y su equipo piensan que es calidad de entretenimiento es atiborrar la pantalla de cgi, pero recordemos que más no siempre significa mejor. Y como una queja habitual que de pronto noto en mi percepción actual del cine (aunque no quiera), es que uno se cansa de ver tanto cgi. No hay elementos palpables y que nos hagan pensar que los personajes corren riesgo, la idea de ver que el fondo es una pantalla verde gigante o de que clonaron gente para representar un público la hace floja (aún a sabiendas de que hacer efectos por computadora es complicado) ¿En verdad se necesitaba una segunda parte si lo que se está viendo es tan simplón y fallido? Porque su complejidad es similar a la de un episodio de relleno de una adaptación animada de la película en los años noventa.

Jessie Usher como Dylan Dubrow-Hiller falla como protagonista porque no tiene el carisma de su padre (que matan de la manera más barata posible, es más: hay un uso indiscriminado de fotografías enmarcadas para hacernos sentir empatía por los personajes y sus pérdidas). Se siente irreemplazable la pérdida de Will Smith en el proyecto, porque recordemos que Día de la independencia fue de las películas que lo hicieron un rey midas en el cine, por su actitud y porque de verdad nos vendió la idea de que podía ser un héroe de acción. Dylan tiene una relación de amistad/enemistad con Jake Morrison y este, interpretado por Liam Hemsworth, es básicamente Liam Hemsworth como en todas sus películas… incluso no sabes si de verdad está ahí por compromiso o porque no pudieron obtener a su hermano que al menos ha logrado grandes papeles.

Lo que de pronto vuelve a la película ¿una especie de remake de Top Gun?

Lo que de pronto vuelve a la película ¿Una especie de remake de Top Gun?

A pesar de esto, notas en Bill PullmanBrent Spinner Jeff Goldblum no un intento de hacer una buena película, sino que se están divirtiendo en ella. Pullman quizás le tenga rencor a su papel más famoso y aquí resulta hilarante verlo como un sujeto con barba de vagabundo y traumado por los sucesos de hace 20 años… para convertirse en el nuevo Russell Casse de la película. Brent Spinner como Dat….perdón, como el Dr. Okun tiene más participación en la película que el nuevo cast y si mencioné al personaje de Star Trek es que en cada maldita escena, su actuación se basaba en one liners, de esos que son dignos para el trailer de una película (como el Data fílmico). Y me resulta imposible odiar a Jeff Goldblum quien sigue siendo la cabeza inteligente de los Estados Unidos a pesar de que balbucea. Entre los ataques de locura de un ex-presidente (quien en todo momento se echa discursos no dignos a competir con su obra maestra), un personaje que se exprime de más en la franquicia a pesar de haber fallecido en la pasada entrega -¡Estuvo en coma todo este tiempo!- y David Levinson manejando un camión repleto de niños en medio del peligro, creo que reí más de lo que debía suceder.

¿Qué está haciendo Charlotte Gainsbourg en esta película?

¿Qué está haciendo Charlotte Gainsbourg en esta película?

El mayor crimen cometido por esta secuela, fue el hecho de no contratar a David Arnold para que volviera a la batuta. La música de Día de la independencia no es sólo uno de los mejores trabajos del compositor, sino que es uno muy añorado por los fanáticos de los scores y uno del cual el propio David Arnold en la edición especial hablaba de sus ideas para una posible segunda parte. En su lugar está la pésima idea de tener tres compositores que no hacen más que acompañar los visuales. Los hermanos Wanker y Harald Kloser crean un trabajo genérico de acción sin temas nuevos para los personajes ni para las situaciones… lo irónico resulta llegar al punto en el que puedes volver a escuchar el tema original de David Arnold -por mucho lo mejor de la película- y decir ¿En dónde está toda esta magia?

No salí furioso del cine, ni triste. Salí aburrido, y ese es uno de los peores pecados que una película te puede ofrecer. Estamos a 20 años y sería bueno re-evaluar lo que significó Día de la independencia, porque en un mundo que nos ofrece Jurassic World como una oda al cine donde apagas tu cerebro y logra ser una película taquillera, quizás el problema no está en el tipo de película sino en la franquicia en sí. Hay una amenaza de una tercera parte, pero a como están las cosas, sería mejor no volver a buscar a esos extraterrestres. Ir con reservas sería mi recomendación… muchas… reservas.

 

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