Era inevitable si estudiaste comunicación. Tarde o temprano te ibas a encontrar con Umberto Eco y sus trabajos en el area de semiótica. Umberto Eco es de esos autores que son un reto personal para el lector, puesto que sus novelas y textos representan una bofetada para aquel que esté acostumbrado a una lectura sencilla… es por ello que muchos bibliófilos están sorprendidos pues el autor de Apocalípticos e Integrados ya no está con nosotros.

Aún no se detallan las causas de su muerte pero está fue confirmada por parte de la familia de Eco.

Umberto Eco tenía 84 años.

Los logros de Eco fueron algo que no cualquier ser humano puede lograr, de joven se decidió desapegarse a la iglesia católica tras estudiar los trabajos de Santo Tomás de Aquino, y como reflejo de estos estudios decidió adentrarse en filosofía para culminar la carrera en 1954, de hecho su tesis publicada en 1956 era un reflejo de su rebeldía mental: tan sólo el título era El Problema Estético en Santo Tomás. Su carrera académica comenzó en 1961, al dar clases de semiótica y estudiar la carrera de comunicación, su docencia culminó hasta el año de 2007.

Pero si duda alguna, Eco será recordado por ser el autor de En el nombre de la rosa, primer novela que escribió en 1980 y fue un éxito de ventas en todo el mundo, llegando a ser adaptada sin mucho éxito por Jean-Jacques Annaud en 1986, y en una medida menor pero más exitosa en un videojuego llamado La Abadía del Crimen.

Eco también fue el autor de El péndulo de Foucault (1988), La isla del día antes (1994), La misteriosa llama de la reina Loana (2004) -mi predilecta de toda su obra- y El cementerio de Praga (2010). Su última novela titulada El número cero apenas había sido publicada el año pasado.

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