En Francia, “pet” no significa un animal, significa “flatulencia”. Entonces cuando escuché el título del disco, pensé que era algo muy gracioso, luego me dí cuenta de que la música sonaba mucho más armoniosa que el tipo de sonido que referían los Franceses; no conozco otro álbum pop tan sofisticado como Pet Sounds.

-Jean-Benoît Dunckel-

La vida puede ser aterradora, esto no lo vas a leer o escuchar con mucha frecuencia, nuestra aproximación de la vida es la de que es una aventura y de que tienes que progresar para percibirla, rendir cuentas, tener una familia, un auto, una casa y un trabajo estable, debes de seguir así, y así, y así, y así, y así…

… hasta romperte. Eso le pasó a Brian Wilson.

Se rompe en un viaje por avión que realizaba en 1964 para la gira contractual que tenía con The Beach Boys. Debemos de entender que Brian se rompió por muchas cosas: la banda fue un éxito en Estados Unidos tras su debut en 1962 y para aprovechar la situación el grupo grababa casi de manera obligatoria con Capitol Records, llegando a tener 3 discos por año, número que palidece en comparación con los artistas de nuestros tiempos; ponte a pensar en que tienes que hacer semejante labor titánica año con año, sé que son artistas y esa es su trabajo pero ¿en dónde queda tu vida?

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El otro elemento era que el grupo ya tenía un sonido definido, con letras suaves y que se acomodaban al estilo playero de la época, aquel en donde las mujeres tenían un bronceado de ensueño y en donde en las noches los adolescentes pasaban el tiempo en fogatas en la arena o presumiendo sus autos. Hay una clara idea de juventud en la música de The Beach Boys pero este no se sentía a gusto, era muy plástico, muy “sé feliz, disfruta del surf”, (incluso en las canciones más tristes de esta etapa se maneja el tema de la playa) y no que esto sea malo, pero de acuerdo a las percepción de Brian, esto no reflejaba su visión de la vida, por lo menos había intentado progresar en otros discos y con otros sonidos porque admiraba a Phil Spector y envidiaba a The Beatles gracias a que Rubber Soul representaba lo que él quería hacer de música… pero no es fácil teniendo la presión de siempre entregar lo que se pide, no lo que quieres.

Y de lo que nadie quiere hablar, de la razón por la que Brian le tenga miedo a su padre abusivo que lo dejó casi sordo de un oído, y que las voces de su cabeza aumenten. Un malestar dentro de su cabeza que ha tratado de calmar con LSD.

Nunca comenta esto con sus hermanos, ni con la  banda, lo que pide es tiempo para descansar, y se lo  conceden. Mientras ellos van a Japón, Brian Wilson se queda a componer, a drogarse, y a intentar callar sus voces internas. Ya que no hay nadie para frenarlo, puede enfocarse totalmente en las letras y en los sonidos, en la interacción del artista con el estudio, quiere meter una orquesta entera, y busca el tono adecuado en instrumentos poco usuales.

Llega el grupo tras la gira y desconcertados por su apariencia deciden darle una oportunidad a Brian y a su proyecto, esperando que así haya podido exiliar sus demonios internos. En medio de sesiones de grabación de casi 15 horas sin descanso que terminan el 16 de Abril de 1966. Pet Sounds es concebido.

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Capitol Records ve con preocupación el proyecto y la apariencia de Brian quien de pronto ha engordado y se ve inestable, por lo que Pet Sounds no recibe la promoción que necesitaba… pero sí al primer disco de grandes éxitos de la banda que gracias a la dulzura de la ironía termina vendiendo mucho más que el trabajo de Brian Wilson.

Imagina eso: te partes el cerebro siendo más creativo y tu estudio discográfico te derrota con un compilado de trabajo viejo. Brian Wilson sigue con su depresión y los siguientes proyectos del grupo no son un éxito y el complejo Smile termina termina por cancelarse, lo cual termina con su psique y se recluye del mundo. Eso básicamente define la historia de fracaso por allá en 1966, porque hoy a 50 años podemos decir que Pet Sounds es esencial en la música.

Brian Wilson pensó de manera atrevida y muy personal con una banda por la que los críticos no daban ni un peso (o bueno, un dólar). Uno puede percibir el conflicto emocional latente en sus letras que revelan a un hombre consumido por su inestabilidad emocional y mental, sin dejar a un lado su sentimentalismo, la única razón por la que en ese momento se sentía a flote, y es algo que te toma por sorpresa porque vamos: viendo la portada y su nombre nos indica que va a ser otra cosa, algo más relajado.

Nadie tomaba en cuenta la labor de un tipo que normalmente cantaba de fiestas y diversión

Nadie tomaba en cuenta la labor de un tipo que normalmente cantaba de fiestas y diversión.

En sí el álbum presenta un ciclo de evolución de un personaje – o Brian– a través de sus letras. Pasa de ser un hombre completamente enamorado y deseoso de vivir una eternidad con su pareja –Wouldn’t It Be Nice– a de pronto sentir el desapego total con su amada por cosas tan simples como cortarse el pelo (Caroline No). De la primera a la segunda hay momentos en donde el protagonista también se cuestiona sobre su vida, sobre quién es y del cómo lo ve la sociedad, es interesante porque la transición del hombre optimista al que desestima es como una montaña rusa: llena de altas y bajas, como la vida misma.

Wouldn’t It Be Nice abre el disco y debe de ser la canción más conocida del grupo, sea que la hayas escuchado en una película o en la radio, y es una fuente de emociones positivas sobre la idealización del sueño del amor y matrimonio. Es básicamente uno de los mejores intros de la historia de la música.

You Still Believe In Me cambia este ritmo acelerado por un tempo bajo y de cualidades casi espirituales. Representa una paradoja comparándola con la canción anterior, pues ahora se lamenta de su forma de ser y agradece de cómo su pareja puede ser paciente mientras sigue enamorada de él. Brian hacia el final de la canción se lamenta de su forma de ser de manera agradecida (“I Try hard to be strong/But sometimes I fail myself/And after all I’ve promised you/So faithfully”).

Si Wouldn’t It Be Nice lanzaba un ideal romántico de vivir con alguien y madurar con él, That’s Not Me lanza una auto pedrada sobre la idea de ser un adulto en la sociedad. La canción se vuelve un ejemplo perfecto de dicotomía frente a una persona que no se siente seguro sobre quién es frente lo que representa, o con su pareja, quiere volver a ser el de antes pero ¿quién era ese?

Don’t Talk (Put Your Head On My Shoulder) ha formado parte del soundtrack de muchos de nosotros en esos momentos de soledad con alguien que amamos; una canción que provoca emociones reales y de cercanía física sin llegar al erotismo… sentimiento puro. Cabe destacar el uso del sonido para generar esto, desde un platillo que lleva el ritmo casi pulsativo de un corazón, hasta la introducción de unos violines que incitan la cercanía tanto de los protagonistas como del sonido de unas flautas y el bajo que se hacen más potentes.

I’m Waiting For The Day es un ejemplo perfecto de una canción que a simple lectura es otra más de amor, de ese que Brian predica con naturaleza, pero es más una muestra de su capacidad como autor de mini historias, en este caso de un hombre que consuela a una mujer de lo horrendo que resulta su pareja actual y que termina siendo el amigo de los dos.

Let’s Go Away For Awhile es la primera de dos canciones instrumentales que cautivan por su calma y la ambición que lleva pues su estructura y mezcla que permite contar a uno su propia canción, en serio, inténtelo.

Sloop John B cierra el primer segmento del disco y debo decir que es una canción que no se encuentra un lugar en el disco. No que por eso sea mala, es una canción muy interesante por escuchar campanitas y flautines por todas partes, además de que se puede apreciar la voz de Mike Love, es un espacio extraño que suena a trabajos posteriores en donde la banda sería más psicodélica.

Pero todo el pecado que haya causado Sloop John B se te olvida con God Only Knows: una obra maestra de la música. Trasciende las barreras del pop con una carta de amor incondicional de aquí hasta el más allá, todavía se da el descaro de usar cascabeles, trompas, clave y un sonido de “clip clap” reminiscente al que hacías con la boca abierta cuando eres niño… y sirve a tal grado de que te puede hacer tirar unas cuantas lágrimas. Sonidos casi infantiles para una letra que exuda poesía pura.

I Know There’s An Answer es un momento que bien pudo haber acercado a The Beach Boys hacia algo más cercano a canciones sobre drogas (antes que Black Sabbath). Por suerte –o desgracia, depende de quién lo aprecie- esto cambio porque Mike Love no quería cantar sobre el LSD. El resultado es una canción que de manera curiosa retrata la incapacidad de Brian por entender a los demás; como análisis estructural el disco presenta el lado B con canciones que tienen más colaboración por parte de todo el grupo y no tanto como un trabajo en solo de Brian. También lo que logra es comenzar a bajar el idealismo logrado con la canción anterior.

Labor que continúa Here Today, una canción que denuncia que la vida es muy corta como para estar esperando al amor ideal; la forma en como está escrita hace pensar que se trata de la segunda parte de I’m Waiting For The Day (“Right now you think that she’s perfection/This time is really an exception/Well you know I hate to be a downer/But I’m the guy she left before you found her”).

I Just Wasn’t Made For These Times me parece la canción más personal de todo el disco. Con Brian cantando sobre la ansiedad que tiene, aquella que al final de cuentas fue la causante junto a sus problemas mentales de grabar Pet Sounds. Canta sobre el poco apoyo que recibe de su familia y amigos, sobre cómo quiere cambiar su presente, sobre la tristeza que lo envuelve. Para sentir la alienación de Brian escuchamos un theremin y unas voces que representan su psique.

Lo que prosigue es un segmento instrumental (y que tiene el nombre del álbum) que resulta más relajado que la canción anterior, esto se puede considerar como un reflejo de tranquilidad de parte del confeso y hasta tiene el sonido particular playero del grupo.

Y el disco termina su ciclo con Caroline No, una canción sobre un hombre que ya no encuentra la llama que antes tenía su pareja, la cual ha cambiado tanto pero que percibe esas señales con su corte de pelo. El término del álbum con Caroline No es muy agresivo con un tren aproximándose y un perro asustado, pero después de ello una versión a “cappella” de la primera canción nos hace entender que la idealización de la vida es un concepto cíclico: hay momentos buenos y malos.

Yo no tengo más de 50 años, pero me encontré con Pet Sounds en una etapa muy depresiva de mi vida, en donde mis amistades seguían el paso de la vida y yo me mantenía trabado como una roca; de cierta forma los envidio por su progreso, pero ese momento de tristeza me hizo más curioso. Por lo tanto llegué a escuchar y leer cosas que nunca hubiese tocado. Llegué con él a sabiendas de su impacto, de la misma manera que uno ve Ciudadano Kane (Orson Welles, 1941) esperando que “la mejor película de la historia” deje a uno con el ojo cuadrado.

Y me golpeó, mucho.

Recuerdo tardes en las que en mi soledad lloraba por los sentimientos que tenía y que se abotonaban con el disco, y eso me parece que es lo más sorprendente: el hecho de que desde hace 50 años tenemos esa duda existencial sobre quiénes somos y hacia dónde vamos, no es algo de nuestra generación o las futuras, pero pocas veces volteamos a ver a esos pobres jóvenes que necesitan ayuda.

Es un disco muy querido por mí persona y su re-evaluación en la historia es algo que me hace muy feliz. Pet Sounds acaba de cumplir medio siglo de ser un paradigma en la música, de mostrar el lado personal de un artista, y de extender su influencia hasta el fin de nuestros tiempos.

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